Santurtzi - A la vida hay que ponerle, en la medida de lo posible, color y pasión. Miguel Cordero es un apasionado del dibujo y ha utilizado los trazos y las líneas para poner una alta dosis de color a su vida. Hasta el próximo 7 de noviembre, la Casa Torre de Santurtzi acoge una muestra que recoge medio centenar de composiciones realizadas por este bilbaino de 55 años. “Estoy contentísimo, muy feliz de poder exponer en un lugar como éste. Las de la Casa Torre son unas instalaciones magníficas no solo porque son espaciosas y luminosas, sino también porque están en pleno centro”, explica Cordero quien, desde muy joven, comenzó a dibujar con dos características con las que ha ido creando su estilo: mucho color y muchas líneas en sus obras.

Ese estilo ha brotado de forma espontánea, casi improvisada, ya que cuando Miguel se pone delante de un folio en blanco, habitualmente no tiene una idea predefinida de lo que va a hacer y la propia obra la que le va llevando a crear unos trazos y dotarlos de un color u otro. “Cada obra representa un reto hacia mí mismo. Es un desafío que me hago, una forma de a ver hasta dónde puedo llegar, qué puedo idear. Por eso, a menudo es pura improvisación y ese desafío es el que me mantiene muy vivo, con muchas ganas de, día tras día, seguir dibujando”, desarrolla Cordero, quien antes de desembarcar en la Casa Torre ha visto expuestas algunas de sus obras en varios puntos de Bilbao. Lo que se podrá admirar en Santurtzi hasta el próximo 7 de noviembre es, tan solo, una parte de todo lo que Miguel ha perfilado en los últimos meses. Y es que, su mente no para de crear, de dibujar, de trazas líneas y de tomar la decisión de apostar por unos colores u otros. De hecho, entre su equipaje del día a día no falta una mochila que, vaya a donde vaya, lleva consigo. En esa mochila, como no podía ser de otra manera, porta un buen número de folios y un absoluto arcoiris de rotuladores. Colores vivos y llamativos con los que Miguel se expresa al mundo y, por otra parte, hace que la imaginación del espectador eche a volar. “Mis dibujos encierran muchas lecturas. Hay quien ve una figura, otra persona percibe otra cosa totalmente diferente... Eso es lo que más me gusta porque, en ocasiones, quien mira mis dibujos advierte cosas que ni siquiera yo había visto”, señala este deustuarra que invierte cada día un mínimo de dos horas en dibujar.

Desde esa experiencia que ha ido acumulando durante años y años en sus sesiones de dibujo, Miguel considera que lo más delicado a la hora de configurar sus dibujos es dónde y cómo poner el color. “Lo que más delicado me resulta, sin duda alguna, es poner el color. No puedes fallar porque, en caso de que lo hagas, lo más probable es que estropees todo el trabajo realizado con anterioridad”, reconoce el artista.

Exposición itinerante Hasta hace no mucho, para Miguel el exponer sus obras en un lugar como la Casa Torre de Santurtzi era un sueño. Pero ese anhelo comenzó a hacerse realidad cuando sus trabajos formaron parte de una exposición itinerante que organizó el Ayuntamiento de Bilbao en sus espacios culturales.

Ahora, todo ese mar de líneas y colores ha recalado en Santurtzi y espera que, pronto, sean otras localidades de Bizkaia las que disfruten y echen a volar su imaginación con los trabajos que Miguel realiza desde la pura pasión por el dibujo y el desafío constante a sí mismo. “Que la gente venga a la Casa Torre y, además de disfrutar de este lugar tan magnífico, mire mis dibujos. Se van a sorprender porque hay ironía y guiños en mis obras”, concluye Miguel Cordero, el dibujante a todo color.