Alonsotegi - No se recordaba una noche electoral tan ajetredada en Enkarterri como la del pasado domingo. Algunos municipios cambiaron de color varias veces a medida que avanzaba el escrutinio, con la balanza que basculaba de un lado a otro por tan solo decenas de votos: 19 en Zalla, 73 en Balmaseda -con vuelcos a favor del PNV y la Candidatura Local Independiente, respectivamente- y también 63 votos más para EH Bildu que para la lista jeltzale en Alonsotegi, aunque en este último caso el color del gobierno dependerá de la posición que adopte el PSE en la sesión de investidura. Un margen tan exiguo se plasmó en la configuración de la futura corporación, ya que cada fuerza recibió cinco concejales, mientras que los socialistas mantuvieron el edil con el que partían. En este contexto, el alcalde jeltzale -ahora en funciones-, Joseba Urbieta, prefiere no adelantar acontecimientos. “Seguimos centrados en el trabajo en el Ayuntamiento, como siempre”, valoró.

El mismo Urbieta logró una mayoría absoluta para el PNV hace cuatro años en su primera candidatura, con seis concejales, dos por delante de EH Bildu y con una ventaja de cinco en relación al PSE. Ya formaba parte del equipo de gobierno desde el tramo final de la legislatura.

A pesar de que se ha salido del plan de ajuste “antes de lo previsto”, por la notable reducción de la deuda y las perspectivas de empleo generadas por la construcción de una nueva sede para P4Q Electronics en Arbuio, la ciudadanía ha castigado la herencia de gobiernos anteriores con el estallido del caso Errota (la reclamación a los propietarios de una promoción de esta calle de la deuda que dejó la quiebra de la promotora; meses después el Consistorio declaró prescrita la carga al estimar los recursos de los afectados) y dos exregidores a la espera de juicio.

Para el PNV, la única posibilidad de conservar el Ayuntamiento pasa por unir fuerzas con el único representante del PSE. Su representante es Balbino Álvarez, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Alonsotegi y Secretario de Organización de los Socialistas en el municipio. Esta opción se ve más factible a la luz de los resultados y la situación de otros ayuntamientos en liza donde a jeltzales y socialistas les salgan los números, aunque habrá que esperar.

Si no fructifica la alianza, se convertiría en alcalde Luis Fernando Urkiola, el cabeza de lista de EH Bildu en sustitución de Asier Intxausti, que se presentó hace cuatro años. A principios de los años noventa integró la corporación antes de ocupar cargos en la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno vasco y ejercer como director gerente de Dema. Nacido en Alonsotegi hace 58 años, su vida profesional se centra desde hace 18 en el marketing y la comunicación. EH Bildu ha ganado 188 votos en comparación a 2015 hasta sumar el 44% del total. La participación en la localidad, del 74%, subió en tres puntos con respecto a la cita anterior.

Güeñes Güeñes es el otro municipio del corredor del Kadagua con panorama incierto. El mismo modelo de unión -PNV (seis concejales, uno menos) y PSE (uno, igual que en 2015)- garantizaría la gobernabilidad para la plancha que vuelve a comandar el alcalde Imanol Zuluaga. Concurría con el anterior programa electoral cumplido y con la situación de la planta de biomasa en primer plano del debate.

El regidor denunció “que se alimente el miedo de forma injustificada”, cuando, según análisis efectuados por el Gobierno vasco, “la calidad del aire es buena”. EH Bildu conserva los cinco concejales con los que contaba, mientras que Podemos irrumpe con un edil.