En 1921, las galerías de Punta Begoña abrieron sus impresionantes puertas, las que Horacio Echevarrieta comenzó a ensoñar en 1918, cuando le transmitió sus ilusiones al arquitecto Ricardo Bastida. Han pasado cien años, y ese mirador a El Abra está en pleno proceso de puesta en valor. En un siglo ha ocurrido prácticamente de todo: el edificio getxotarra fue pasadizo secreto y salón de fiestas y ocio, hospital republicano, cuartel general del mando italiano, sede de Auxilio Social, conato de hotel en dos ocasiones... Un apogeo y un apagón. En 2013 arrancó la rehabilitación que dará luz a este monumento sin igual. Ahora, justo en ese centenario de su construcción, dos lonas de más de 300 metros cuadrados recrean el resultado que dejará la nueva fase de la obra: la remodelación de la gran fachada, que terminará en junio de 2022. Los ojos pueden imaginar una parte del ansiado futuro.

La Fundación Punta Begoña ha decidido aprovechar la visibilidad que tiene el mirador en la bahía de El Abra y utilizar sus fachadas como un lienzo donde mostrar, precisamente, cómo será la nueva imagen del frente marítimo de Getxo: iluminado, sin las huellas de la degradación, recobrando el esplendor perdido y dejando atrás esa oscura escenografía para quien paseara por la zona. Para llevar a cabo esta idea, que se traduce en dos lonas de más de 300 metros cuadrados, se ha contado con la financiación de la empresa Cabero Edificaciones, responsable de la ejecución de la obra, y con la colaboración de un equipo de diseño getxotarra.

Con una visión artística, el proyecto técnico se ha convertido en una imagen que recrea unas galerías que se van consolidando como un espacio público y abierto a la creación, la innovación y la exposición en el municipio; objetivo que se materializa en las visitas guiadas, los encuentros culturales o las charlas de temática social que ha ido acogiendo.

Dado que el proyecto de recuperación de Punta Begoña se está desarrollando conforme a los criterios de intervención patrimonial marcados a nivel internacional por la Unesco, se ha partido de la premisa de respetar al máximo el monumento y evitar cualquier daño en el montaje. Así, serán los andamios los que servirán de soporte a las lonas, visibles para los miles de transeúntes que habitualmente pasean por la costa hasta finales de año, cuando se produzca el desmontaje conforme avanza a buen ritmo la intervención.

No hay una fecha establecida para el final de la actuación en las galerías, pero los pasos se van dando y el año que viene, con la conclusión de esta etapa, se dará uno de gigante, pues se está acometiendo una de las fases de obra de mayor alcance hasta el momento.