"Esta exposición es más emocional que profesional". Son palabras de Ángel Garrido, el vecino de Leioa que pintó un cuadro durante cada día del confinamiento domiciliario de 2020. Fue el retratista de esas jornadas de miedos, incertidumbres, soledad, empatía o generosidad. Todo ello lo atraparon sus pinceles. Entonces, esas acuarelas lucían en su muro de Facebook, hoy brillan en la sala de exposiciones de Kultur Leioa. Y entrar en ella es un torbellino sentimental en el que se remueven las pesadillas y las esperanzas.

"He estado observando a las personas que han entrado a la exposición, y, sobre todo, a las mayores, y se emocionaban; me conmueve que algo que yo he hecho afecte de esa manera a la gente. Para mí, es una satisfacción tremenda. Ya no es que venga alguien profesional y me diga: Qué buen trabajo. Eso me da igual, porque no busco la técnica, sino que produzca algo en la gente. La pintura está para eso", reflexiona este hombre de Tetuán, que recaló en Euskadi en 1989 y que reside en Leioa desde 2005. Y, en efecto, las obras de Ángel producen y reproducen sentimientos porque la mente viaja un año atrás y se estremece. Ahí están los sanitarios exhaustos, las mujeres solas bajo el techo de su casa, la separación de los jóvenes que son pareja y viven con sus padres, los juegos improvisados con los niños, la Semana Santa ausente, los aplausos y las caceroladas, las primeras salidas a las terrazas de los bares, los guantes tirados por el suelo€ Esos cuadros son un diario ilustrado de la cuarentena y hay sobre 130 capítulos El espacio para exposiciones de Kultur Leioa volverá abrir el martes tras el periodo vacacional de Semana Santa y allí -y hasta el 3 de mayo-, en la parte más oscura y cerrada de la sala, están colgadas las acuarelas en orden cronológico de aquel tiempo que tocó vivir. Era el lugar más apropiado para estos cuadros. Sin duda.

"Empecé pintando acuarelas en tonos grises, porque era lo que me sugería ese momento de encierro casero. Luego, publicaba una foto en mi Facebook y en el de un grupo de Leioa y la respuesta de la gente fue positiva. Como observé que el confinamiento se estaba haciendo duro, empecé a introducir el color y otras temáticas: desde los aplausos, el enfrentamiento político del Congreso, los niños y su manera de afrontar la situación, las primeras salidas€", repasa Ángel.

Él se enfrentó así a esa extraña y angustiosa situación así. "Fue algo accidental. Tenía necesidad de ponerme a pintar y se habían cerrado todos los cursos a los que asistía. Empecé en la primera semana del confinamiento, que era la tercera del mes de marzo. Además, también me dio por otra cosa, porque a la hora de los aplausos, y como la olla no la tengo muy bien, empecé a disfrazarme y los críos de enfrente se divertían mucho. Así que todos los días tenía tarea: ver qué disfraz me ponía con los trastos que tenía por casa y qué acuarela hacía. Pero los cuadros no los veía como una obligación, sino que era algo que me surgía después de ver la tele, de lo que comentábamos en casa o de mis sensaciones", asegura Ángel.

Pero cuando las puertas de los domicilios se abrieron, este artista continuó con deberesEsa serie está hoy también en Kultur, en la parte con más luz de la sala, en la zona más abierta, donde también hay otros trabajos de Ángel. "Iba de excursión y eso me ha permitido enterarme de la historia de Leioa, porque la mayoría de los que vivimos aquí somos de otro sitio y la pena es que lo estábamos convirtiendo en un pueblo dormitorio, donde la gente no se integraba, ni siquiera con su comercio", opina. Él ya ha unido su nombre al de Leioa.

Los datos

La obra. Ángel Garrido pintó durante prácticamente cada día del confinamiento domiciliario un cuadro relacionado con lo que pasaba en esos momentos.

'Exposición virtual'. Este vecino de Leioa hacía fotos a las acuarelas y las subía a su perfil de Facebook y al de un grupo de Leioa. Obtuvo una respuesta muy positiva de la gente.

Muestra física. Un año después, sus cuadros están hoy en la sala de exposiciones de Kultur Leioa, que abrirá de nuevo el martes tras el descanso de Semana Santa. Hasta el 3 de mayo se podrá visitar esta colección.