El cuadro de Harry y Luna ayudará a las Harry y Lunamonjitas del Puerto ViejoLa iniciativa solidaria del getxotarra Gonzalo Aróstegui ya tiene desenlace y el bonito regalo de Navidad lo ha propiciado una persona de Madrid.

El caso es que el pintor de Las Arenas Gonzalo Aróstegui decidió subastar un cuadro suyo que retrata a un hombre que vive, junto a su perrita, bajo el cielo en la Calle Mayor con la idea de que la puja más alta se llevara esta obra tan especial y que el dinero fuera para la labor que desempeñan las monjitas del Puerto Viejo -Hijas de la Caridad- ayudando, precisamente, a las personas sin hogar. Durante veinte días, la subasta ha permanecido abierta y finalmente, un getxotarra que reside en Madrid realizó la aportación mayor: 700 euros. "Yo creo que las personas de Getxo que viven fuera tienen más morriña", comenta el artista, satisfecho con el resultado de esta acción tan significativa. "Las monjitas del Puerto Viejo también están muy contentas", añade Gonzalo.

Y es que son tiempos duros, terribles para la salud y los bolsillos, pero los buenos corazones siguen latiendo. Gonzalo tenía claro que su cuadro de Harry y Luna tenía que vivir una experiencia diferente. "Pensé que, preferiblemente, tenía que servir para ayudar a alguna asociación u ONG que se dedicara a personas sin hogar o en exclusión social. Y estuve pensando y opté por las monjitas del Puerto Viejo, creo que son las que más se lo merecen", recuerda el pintor.

Harry "no es alguien al que se le pueda llamar mendigo porque no pide, ni tampoco persona sin hogar, porque lo tiene, pero no quiere ir. Vive en la calle porque sí. Tiene una forma distinta de ver las cosas al resto de la gente", explica Gonzalo.

Este bonito proyecto también ha servido para que más personas conozcan el trabajo de las monjitas. "Tenemos un comedor social, lavandería y duchas. Contamos con un listado de personas que viven en la calle y vienen a ducharse dos veces por semana y la ropa se la lavamos también dos veces por semana. Les damos de comer diariamente, vienen con un vale del Ayuntamiento y les ofrecemos desayuno, comida y cena. Ahora, como el comedor está cerrado por el coronavirus, les damos la comida en bolsas", explica Mertxe, una de las monjitas. En estos momentos, atienden a una treintena de personas.