El Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Durango dieron a conocer en la jornada de ayer que han alcanzado un preacuerdo para los terrenos liberados por el soterramiento del tren en la villa. Tras varias reuniones celebradas entre ambas partes, las dos instituciones coincidieron en que ha predominado la búsqueda de una solución a un problema que se había enquistado y en el que han encontrado un equilibrio que, a su juicio, satisface a la ciudadanía.El preacuerdo alcanzado entre ambas instituciones reduce la edificabilidad del ámbito alrededor de un tercio, con el compromiso de definir de manera conjunta la tipología de los edificios a construir. Ese descenso será compensado por parte de la administración local con la cesión de varias parcelas de Viviendas de Protección Oficial y Viviendas de Protección Tasadas propiedad del Ayuntamiento en las que el Gobierno vasco desarrollará un Plan de Vivienda Pública.

El ejecutivo autónomo, por su parte, renuncia a la construcción de la segunda fase de la galería comercial subterránea, así como al edificio para equipamientos contemplado inicialmente dentro del ámbito del soterramiento, al cambiar las circunstancias y necesidades respecto al momento en que se diseñó. En consecuencia, este escenario permitirá destinar el máximo espacio verde posible en los terrenos liberados por el ferrocarril.

Por otro parte, el Ayuntamiento cederá una parcela al Gobierno vasco para equipamientos en el futuro desarrollo del polígono industrial de Eguzkitza. Asimismo, el Consistorio cederá al Gobierno vasco el convento de San Agustín y Pinondo Etxea para su rehabilitación y la posterior construcción de alojamientos dotacionales para distintos colectivos en situación de necesidad. Por último, Gobierno vasco y Ayuntamiento de Durango acuerdan que el trazado completo de las antiguas vías del tren pase a ser propiedad del Consistorio durangarra, que será el encargado de su urbanización.

Las dos partes coinciden en que el preacuerdo sirve, por un lado, a las pretensiones municipales de modificar el proyecto de urbanización de los terrenos liberados, y por otro, a la defensa del Gobierno vasco de atender a la voluntad de la ciudadanía sin menoscabar sus derechos patrimoniales tras la inversión desarrollada en Durango con el soterramiento del ferrocarril. Las dos instituciones trabajan ahora en acordar el sistema de gestión urbanístico a aplicar. Básicamente en si se puede modificar el PERI o necesitan aprobar uno nuevo.

Tras enterarse nuevamente a través de los medios de comunicación del preacuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Durango y Gobierno vasco, el PNV valoró positivamente que “se pueda alcanzar un acuerdo por la vía de la negociación para reducir las alturas de los edificios y avanzar con un proyecto de consenso, tal y como hemos reiterado siempre”, recalcaron los jeltzales añadiendo que “nos sorprende y decepciona la falta de transparencia y participación habiéndose llegado a un acuerdo del que no se nos ha informado en absoluto hasta el momento y que afecta a dos de los edificios más históricos y emblemáticos con los que cuenta el municipio de Durango como son el antiguo hospital de San Agustín y Pinondo Etxea, además del único suelo industrial”, lamentaron.

Por otro lado, desde el PNV no compartieron el hecho de renunciar al edificio equipamental previsto inicialmente y que los jeltzales han defendido en todo momento. “Nos hemos encontrado con que ha habido una negociación a puerta cerrada, sin transparencia ni participación. Para nosotros este preacuerdo no mira a futuro en cuanto a las necesidades y servicios del municipio; esperamos que no se trate de un acuerdo inamovible que suponga un retroceso o pérdida de oportunidades para Durango”, demandó Mireia Elkoroiribe, portavoz del PNV.