ESDE que dio inicio el estado de alarma, voluntarios de la Junta de Ayuda a Necesitados de Durangaldea (JAED) no han dejado de acudir al local que disponen en Kalebarria con el propósito de preparar los lotes de alimentos para las personas más desfavorecidas. Y es que la frenética labor de la entidad durangarra se ha visto incrementada a raíz de la crisis sanitaria. Muestra de ello, de las 745 familias que atiende JAED actualmente, 54 lo requirieron en los meses duros de pandemia. "No dábamos abasto y el teléfono sonaba continuamente. La situación fue angustiosa porque eran muchas las personas que no tenían nada", explica Covadonga Noval, miembro de la junta directiva, quien aclara que "venimos atendiendo a unas cincuenta familias a la semana y cada una recibe mensualmente el reparto".

Conscientes de que las dificultades económicas derivadas de la situación actual son decisivas en el agravamiento de la situación de muchas familias de Durangaldea, la junta benéfica sigue contando la ayuda de una decena de voluntarios para realizar el reparto de alimentos. Adoptando en todo momento las oportunas medidas de prevención y seguridad, las labores de reparto se han intensificado en el céntrico local. "De los 54 años que tiene JAED este ha sido el momento más crítico que recordamos. El problema es que mucha gente vive al día; a muchos de los que están en ERTE, el cobro se les ha retrasado y lo están pasando verdaderamente mal", lamenta Susana Lorenzo, describiendo la situación que padecen muchos vecinos.

Reconociendo que "sin el voluntariado JAED no sería nada", el reparto de alimentos se lleva a cabo los martes y jueves, de 9.00 a 11.00 horas, con cita previa y número de usuario. De este modo, las familias reciben, una vez al mes, un lote básico con leche, arroz, legumbres, pasta, aceite, azúcar, tomate, galletas, patatas, fruta, huevos, carne picada y lavavajillas. En los casos donde hay familias con bebés se añade pañales y leche infantil; y cuando existen niños a cargo, cacao y yogures.

Con el inicio de la pandemia, el abastecimiento de algunos productos básicos se vio afectado y la junta benéfica contó con la colaboración de Río de Oro que decidió donar 4.000 kilos de arroz para poder garantizar su reparto. En este sentido, diferentes centros escolares también hicieron llegar donaciones y mensualmente reciben la ayuda del Banco de Alimentos.

Cada dos semanas, responsables la JAED se reúnen con las trabajadoras sociales del Ayuntamiento de Durango, Cáritas y Cruz Roja. Se trata de un laborioso trabajo de coordinación en equipo para "conseguir que no se dupliquen los casos y podamos dar respuesta a las necesidades de tantas personas", aseguran las voluntarias puntualizando que "muchas de estas nuevas familias que reciben alimentos son derivación de las trabajadoras sociales".

Han pasado 57 años desde que un grupo de jóvenes durangueses, pertenecientes a movimientos de Acción Católica con inquietudes sociales, contactaron con Luciano Francés, sacerdote de la parroquia de Santa María de Uribarri y aunaron sus esfuerzos para constituir JAED. Con el objetivo de ayudar a los enfermos y necesitados de la época, comenzaron a dar los primeros pasos.