UE el 28 de marzo cuando el mañariarra y exciclista profesional, Rubén Gorospe, decidió lanzar por redes sociales un reto solidario en homenaje a todas las víctimas de la crisis sanitaria y como gesto de agradecimiento a todas y todos los héroes anónimos que desde el inicio de la pandemia no han parado de trabajar y luchar por salvar vidas. Por ellos, aseguró que estaría dispuesto a subir pedaleando de espaldas un puerto de montaña, el que la gente decidiera. Ahora, y cinco meses después de aquella propuesta, Rubén cuenta los días que faltan para intentar cumplir su valiente homenaje. La cita está fijada para el próximo 20 de septiembre. A 2.115 metros de altura y tras 17 kilómetros le esperará la emblemática cima del Tourmalet.

A sus 56 años, Rubén es consciente de las dificultades y grandes exigencias del reto planteado, “pero si esto puede ser complicado, ¿Qué pueden decir todas las personas que han estado día y noche trabajando en hospitales y en residencias? ¿Y aquellos que no se han podido despedir?”, se pregunta. Sin duda, los últimos meses han paralizado el mundo y cambiado el día a día cotidiano, pero en pleno confinamiento el mañariarra pensó que tenía que aportar su grano de arena. “Cuando todos estábamos confinados y viendo cómo estaba la situación en los hospitales y en residencias, nosotros estábamos en nuestras casas mientras otros dedicaban horas e incluso sus vidas por salvar las de otros. Entonces se me ocurrió plantear en redes que me propusieran un puerto que yo pudiera subir de espaldas en homenaje a todos ellos. La mayoría dijo Urkiola, como ya lo hacía el también mañariarra Bautista Onaindia Treinta, pero como hace años ya subí este puerto en esta posición, quería hacer algo más complicado por reconocer aún más la labor de todos los sanitarios. La verdad que no sé si lo subiré o no, pero físicamente me encuentro bien y lo vamos a intentar por ellas y ellos”, explica.

Y es que desde que decidió seguir adelante con este reto, el que fuera ciclista profesional entre los años 1985 y 1994, no ha dejado de entrenar. “En el 94 dejé de ser profesional y aunque he seguido andando en bici, en los últimos meses casi ni andaba. Puedo decir que en estos dos meses y medio he vuelto a empezar desde cero. He bajado 12 kilos y ahora mismo entreno entre tres y cuatro veces a la semana. Estamos hablando de subir un puerto de 17 kilómetros, con bastante desnivel de media y pedaleando hacia atrás vas en dirección contraria por lo que te puedes marear, exige muchísima concentración en los movimientos y en la dirección si vas a la izquierda o a la derecha porque todo es a la contra. Los músculos que ejercitas para atrás no son los mismos que se entrenan para adelante y de todas las veces que salgo entre semana, solo dos días intento entrenar de espaldas. Además por esta zona puedes entrenar en puertos de unos ocho kilómetros, alguno de 14 en Cantabria, pero no tiene nada que ver. También la edad es un factor a tener en cuenta y es un reto muy complicado, pero creo que es bonito y que merece la pena”, desgrana.

Pese a que el Tourmalet no es la montaña más alta, ni la más larga, ni la de mayores pendientes de las que se ascienden en el Tour de Francia, es con diferencia uno de los puertos más emblemáticos y legendarios de la ronda gala. Situado a 2.115 metros de altitud, Rubén ya sabe lo que es llegar a la cima del coloso francés, pero esta vez intentará ascender pedaleando hacía atrás por la ruta más conocida. En concreto por el ascenso de la vertiente de Saint Marie de Campan con de más de 17 kilómetros de subida, un desnivel de 1.268 metros y una pendiente media del 7,4%. Un recorrido para el que calcula que podría tardar unas dos horas y en el que no estará solo. “Nuestra idea es estar allí este viernes 18 de septiembre. Me acompañarán Marino Lejarreta y dos compañeros o tres más para que me puedan ir guiando o avisando de posibles baches y dar paso alternativo a los coches. La idea en principio es hacerlo el domingo día 20 entre las ocho y las nueve de la mañana. Si vemos que el tiempo no acompaña el domingo y el sábado por la tarde sí, igual intentamos subir el sábado y sino lo dejaríamos para la semana siguiente, el día 27. De momento parece que va a hacer buen tiempo aunque a esa altitud el viento es algo que hay que tener muy en cuenta”, detalla sobre su reto.

Pedalear hacía atrás y subido en el manillar de la bici es algo que Rubén aprendió a hacer desde muy pequeño. “Cuando tenía 6 o 7 años veía a Treinta subiendo Urkiola de espaldas. Le veía y me preguntaba cómo sería eso de ir hacia atrás y poco a poco fui aprendiendo hasta que a los 15 o 16 años subí por primera vez Urkiola en esa posición, como lo hacía Treinta dos veces por semana. En parte, elegir el Tourmalet es también para poder rendirle un pequeño homenaje a él porque en su día intentó subir esta montaña en esa posición, pero no lo consiguió y siendo los dos de Mañaria lo voy a hacer por él también”.

A pocos días del esperado reto, Rubén ya tiene cerrados casi todos los detalles como la imagen que le acompañará realizada por su hijo Enaitz y el maillot diseñado por su mujer y diseñadora Alicia Rueda. Hasta entonces este exciclista profesional asegura “disfrutar de la subida de espaldas sin ver lo que viene detrás”. Unas palabras que en parte podrían resumir la labor de tantas y tantos héroes anónimos que durante el confinamiento no dudaron en luchar frente a un virus desconocido y lleno de incertidumbre.

Desde pequeño aprendió a andar en bici en esta posición y a los 15-16 años subió Urkiola hacía atrás como lo solía hacer ‘Treinta’

Intentará ascender por la vertiente de Saint Marie de Campan, un recorrido de más de 17 kilómetros y una pendiente media del 7,4%