Los Reyes Magos en Bilbao no desfilaron por responsabilidad montados en sus carrozas, pero, micrófono en mano, sí se atrevieron con alguna canción. Melchor, Gaspar y Baltasar no faltaron a su cita con los más pequeños en la capital vizcaina. No hay covid que pueda con una tradición que todos los años colma de ilusión a los más pequeños de la casa.El Bilbao Arena de Miribilla acogió ayer, tanto por la mañana como por la tarde, cuatro funciones de La Noche Mágica, un montaje colorista y lleno de ritmoLa Noche Mágica, en el que no faltaron conocidas canciones que tararearon no solo los pequeños, sino también los acompañantes adultos. Todas las cartas enviadas por los niños y niñas a los Reyes se fueron recogiendo en una gran máquina instalada en el recinto, pero... ese gran artilugio que transformaba las cartas de Sus Majestades de Oriente en regalos sufrió una importante avería de última hora, poniendo en riesgo los deseos de los txikis. “¡Ay, que se nos ha estropeado la máquina!”, comentaron Traski y Truski.

Estos dos personajes alocados, graciosos y también bastante pillos fueron los encargados de robar más de una sonrisa al público y de localizar el problema técnico de la máquina de los deseos: “Tenemos que encontrar dónde está la avería y para eso necesitamos la ayuda de los niños y de las niñas”, lanzaron al unísono, solicitando la imprescindible colaboración de los pequeños para subsanar la avería. Entre canciones, bailes y más de una broma Traski y Truski, acompañados del público lograron dar con el problema que mantenía bloqueada la máquina con las cartas de los Reyes Magos en el interior: “¡Le falta un fusible amarillo! ¿Y dónde está? Tenemos que encontrar uno cuanto antes para poner en marcha la máquina y transformar así las cartas en regalos”, dijo Truski.

La magia

Pero con la magia todo es posible de conseguir. Solo es necesario cerrar los ojos y desearlo con todas las fuerzas. Y en ese momento en la gran pantalla aparecieron Melchor, Gaspar y Baltasar. Las caras de los más pequeños se llenaron de alegría, de ilusión por poder volver a ver a los Reyes Magos de nuevo. Con la sabiduría que concede los años, Gaspar se dirigió a Traski y Truski para informarles de que podía conseguir el fusible amarillo con el que poner en marcha la máquina. “¡No os preocupeís, que la máquina volverá a funcionar y los regalos llegarán a todas las casas!”, aseguró el Mago de Oriente. Y como lo prometido es deuda, Gaspar logró arreglar el artilugio con el apoyo de Melchor y Baltasar. La emoción se desató con Traski y Truski dando vueltas por el escenario.

Los tres Reyes lanzaron tres deseos, uno cada uno y, para ello, pidieron al público concentrarse para conseguirlos todos: “¡Cerrad los ojos y soñad!”. Melchor dijo que su deseo para este recién estrenado año es que el coronavirus y las mascarillas desaparezcan: “¡Fuera coronavirus y fuera mascarillas!”, repitió con la ayuda de los pequeños. El deseo de Baltasar fue que a las familia no les falte salud y Gaspar pidió poder volver a abrazarnos y besarnos: “¡Pero de momento autoabracémosnos!”, soltó en un grito que se escuchó en todo Bilbao.

El dinero obtenido con las entradas se destinará este año a la asociación bilbaina Norai, que busca el desarrollo personal de niñas y niños de diferentes orígenes a través de la música. La edil de Fiestas, Itziar Urtasun, aseguró que el montaje ha tenido una gran aceptación por parte del público bilbaino y que ha gustado mucho.