Año y medio después de que la pandemia del coronavirus parara el planeta y frenara en seco la XXXII edición de la Marcha Cicloturista Bibao-Bilbao, prevista para la primavera de 2020, la bicicletas se echaron nuevamente a la calle para celebrar la vida a pedales en una nueva edición de la prueba ciclista. Más de 7.000 cicloturistas se reunieron para festejar el ciclismo como punto de unión y de encuentro. Los ciclistas, de toda índole y condición, pero siempre entusiasmados por la fiesta de la bicicleta, iniciaron su periplo en el puente de Deusto. Jaime Lafita, afectado por la ELA, se colocó al frente del pelotón en un tándem escoltado por sus amigos. Él y el resto transitaron por carreteras vizcainas a través de tres recorridos, dependiendo del nivel de cada uno, para desembocar kilómetros después en Bilbao rodeados de un ambiente festivo.

La directora de Tráfico, Sonia Díaz de Corcuera, estuvo presente en el acto de salida de la prueba junto con autoridades del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia en su inequívoca apuesta por la bicicleta como vehículo de movilidad verde e inclusivo. Desde el Gobierno vasco, a través de la Dirección de Tráfico, se quiso apoyar la marcha con el objetivo de ayudar a prevenir accidentes de tráfico dentro del colectivo vulnerable de los ciclistas. Desde el Gobierno vasco, a través de la Dirección de Tráfico, se proporcionó a la organización de la prueba 8.000 botellines de aluminio para que se entregasen a las personas participantes en el evento deportivo. La fiesta de la bici vuelve con la Bilbao-Bilbao.