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Vecinos de Aperribai, en Galdakao, muestran preocupación por la seguridad y salubridad en las obras del ascensor público

Casetas colocadas “de manera precaria”, la toma de fecales conectada a la red de pluviales y la de agua a la hidrante de bomberos, son los motivos de sus quejas

Vecinos de Aperribai, en Galdakao, muestran preocupación por la seguridad y salubridad en las obras del ascensor públicoCedida

Las obras públicas siempre generan molestias. Es inevitable. Pero lo que esperan los residentes de las zonas afectadas, viandantes o conductores es que se lleven a cabo en adecuadas condiciones para que las afecciones sean las mínimas. Y, si hay alguna duda o queja trasladada a la administración competente, al menos obtener una respuesta. 

Dos escritos a título particular y uno en nombre de la comunidad de vecinos del número 8 del barrio de Aperribai han sido remitidos de manera formal al Ayuntamiento de Galdakao, entre los meses de junio y septiembre, para poner en conocimiento y solicitar que se subsanen lo que consideran deficiencias relacionadas con la seguridad y salubridad del proyecto de construcción del cuarto ascensor de Aperribai que arrancó en verano. Y, de momento, silencio a sus requerimientos.

Por un lado, los afectados han hecho saber al Consistorio su preocupación por el modo de colocación de las tres casetas de obra de grandes dimensiones instaladas por la empresa adjudicataria de los trabajos. A juicio de quienes han interpuesto las quejas “están en precario” y dudan de su estabilidad en caso de algún contratiempo o incidente.

Algunas casetas han sido 'calzadas' con bloques de hormigón y maderas

Ubicados sobre una acera en pendiente, los módulos prefabricados han sido ‘calzados’ con bloques de hormigón y maderas, de una forma muy rudimentaria y que los residentes consideran “insegura y peligrosa”.

Desagüe de fecales y toma de agua

También han trasladado su disconformidad con las condiciones del desagüe de fecales de una de las casetas. “En un principio, intentaron conectarlo con la arqueta de la comunidad sin nuestro permiso. Llegaron, incluso, a picar la acera”, asegura un residente. La solución finalmente adoptada no parece ser tampoco la más adecuada. “Lo han conectado a la red pluviales”, aseguran, al tiempo que denuncian “los malos olores, a veces nauseabundos y repugnantes” que está generando esa “deficiente” instalación tanto en ese tramo de calle como “en el interior del portal y en algunas de las viviendas”.

Y muchas dudas tienen también los vecinos de esos bloques de pisos anexos a las obras sobre la legalidad de la toma de agua que ha sido habilitada en ese mismo recinto de casetas. “Está conectada con la hidrante de los bomberos y eso está totalmente prohibido”, aseveran.

Toma de agua conectada a la hidrante de bomberos

Además, ese punto de conexión a la red pública de agua que está reservado al uso del cuerpo de bomberos “se encuentra dentro del perímetro vallado” lo que, en caso de una emergencia, impediría un acceso rápido y eficaz.

Y la falta de respuesta por parte del Consistorio a sus quejas impide saber al vecindario si esas actuaciones y acometidas disponen del pertinente visto bueno y permiso técnico y si se han llevado a cabo de la manera correcta y adecuada.

Y ahora, el cierre de la carretera

A todo esto hay que sumar ahora, que con motivo del próximo montaje de la torre del ascensor, la calle Aperribai va a permanecer cortada a la altura del número 9,desde este lunes y hasta el 25 de noviembre. El uso de maquinaria pesada y las maniobras que va a requerir la operación van a hacer necesario “ocupar completamente la vía”, informa el Ayuntamiento de Galdakao”, por lo que, durante ese periodo de tiempo, “no se permitirá el tránsito de vehículos en ninguna de las dos direcciones de la circulación”.

La vía alternativa de entrada y salida al barrio será el Camino Aperribai, “que servirá de paso provisional mientras duren las obras”, mientras que el acceso a los garajes y a las calles colindantes “estará debidamente señalizado, y se irá actualizando según avancen los trabajos, con el fin de minimizar las molestias a los vecinos y vecinas”.

Para unos residentes que ya están sufriendo inconvenientes, aún sin respuesta, de este importante proyecto urbanístico, es un nuevo motivo de incertidumbre e incomodidad. “Empezaron quitando 6 aparcamientos que luego se convirtieron en 20 plazas y, a veces, he tenido que dejar el coche aparcado en Basauri. Aún así, hay que adaptarse y se soporta”. Pero la incomodidad se va a ver notablemente incrementada con esta nueva medida. “Durante 9 días no se va a poder acercar el vehículo a casa para transportar compras, carritos de bebé, personas…”, explica un afectado. 

Y aunque el Ayuntamiento de Galdakao “lamenta las molestias que esta intervención pueda ocasionar” y agradece de antemano “la comprensión y colaboración de las vecinas y los vecinos”, parece que ya se está colmando el vaso de la paciencia.