Tras semanas de convivencia, juegos y actividades, los niños y niñas saharauis que han pasado el verano en Durangaldea comienzan a regresar a los campamentos de refugiados de Tinduf. Esta tarde ha partido el primer grupo y mañana lo harán el resto, poniendo fin a una experiencia inolvidable. En total, este verano llegaron 40 menores, una cifra superior a la del año pasado (32), repartidos entre las asociaciones Río de Oro (12), Hamadako Izarrak (15) y 13 más acogidos por familias de la comarca.

Con retraso debido a las dificultades burocráticas, la expedición saharaui llegó a mediados del pasado mes de julio. A modo de valoración, desde Río de Oro lamentaron el retraso, pero se mostraron muy satisfechos con su campamento dirigido a niños saharauis con diversidad funcional. Situado en Izurtza, este año han acogido a una docena de menores con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. “Esas tres semanas de retraso en la llegada nos han trastocado mucho, sobre todo en cuanto a las citas médicas y algunas actividades. No cabe duda de que la experiencia ha sido más corta, pero los niños se han adaptado superbién y han disfrutado muchísimo”, explicó Mikel del Arco, responsable de Río de Oro. 

Pasar el verano en Durangaldea supone para los niños y niñas saharauis un respiro frente a las altas temperaturas del desierto de Tinduf, donde el termómetro alcanza entre los 45 y 55 grados. Durante su estancia, además de disfrutar de un clima mucho más suave, los pequeños reciben una alimentación equilibrada y se someten a revisiones médicas completas que refuerzan su bienestar.

Como es habitual, durante su estancia los niños saharauis han podido disfrutar de una amplia variedad de actividades. Entre ellas mención especial a los baños en las piscinas, playa, hípica, andar en canoa o visitas a Basondo, Gure Zirkoa o una granja escuela, entre otras actividades. 

Las despedidas de hoy no estarán exentas de emociones, abrazos, lágrimas y promesas de reencuentro para el próximo verano. “Es duro despedirse, pero los niños también tienen ganas de volver a ver a sus familias para contarles todo lo que han hecho aquí. Nosotros, con pena y contando los días que quedan para el verano que viene”, aseguraron sus impulsores.

Lucha del pueblo saharaui

Un año más, un grupo de la ONG durangarra viajará en diciembre a Tinduf para hacer seguimiento de los menores que han estado este verano, ver posibles nuevos casos y conformar el grupo para la próxima edición. “Desde Río de Oro seguiremos apoyando a este colectivo de menores alejándoles de las duras condiciones del desierto, ofreciéndoles asistencia sanitaria y buena alimentación. Dicho esto, tenemos claro que su tierra y donde tienen que estar es en el Sáhara Occidental, ocupada por Marruecos. Se trata de un conflicto político que requiere una solución inmediata. Ahora el genocidio de Gaza está muy presente y, por supuesto, tiene que estar, pero no queremos olvidar la lucha del pueblo saharaui que lleva 50 años refugiado en el desierto”, concluyó Mikel del Arco.