A sus 61 años, Javier Fontaneda no solo sigue corriendo, también sigue rompiendo barreras. En apenas una semana, el atleta de Durango Kirol Taldea ha batido tres récords de España, cinco en lo que va de año, en categoría máster (más de 60 años) y se ha colgado una medalla de oro, demostrando que la pasión por el atletismo no tiene fecha de caducidad. Muestra de ello, el sábado batió el récord de España de 1.500 en Durango, el miércoles corrió una milla en Londres batiendo el récord estatal y el domingo disputó en Polanco el campeonato de España de milla en ruta donde logró la medalla de oro y batió un nuevo récord nacional.

Nacido en Getxo y residente en Berango, Fontaneda es un referente del atletismo veterano, pero su relación con las pistas comenzó mucho antes. “Empecé en el colegio Santa María de Portugalete, con 8 o 9 años. Recuerdo que en aquellos tiempos había más campas que edificaciones y estábamos todo el día en la calle corriendo y jugando. Cuando empecé a saborear el ganar, todavía me gustó más el deporte y me entró el gusanillo que hoy mantengo”, recuerda con cariño aquellos inicios. 

Su primera etapa en el atletismo lo llevó a lo más alto: fue internacional absoluto, compitió en mundiales, en campeonatos europeos, incluso llegó a ser dos veces campeón del mundo de cross universitario. En 1988, con tan solo 24 años, firmó una marca histórica en los 10.000 metros: 28:45:57, un tiempo que aún hoy sigue siendo el récord absoluto de Bizkaia. A nivel de Euskadi, ese récord fue superado por Martín Fiz, pero Fontaneda conserva el título vizcaíno, testimonio de su potencial.

Prueba disputada en Laredo Pedro Aboitiz

Tras un parón de 19 años, en 2010 volvió a calzarse las zapatillas y lo hizo en Durango Kirol Taldea. Trabajando en Elorrio, la pista de Fadura estaba de obras y decidió probar en el conjunto durangarra. “Fui muy bienvenido a entrenar en aquella pista. La verdad que me encontré con un club muy amable, muy cercano, y aquí me he quedado desde entonces; sigo encantado en Durango Kirol Taldea”, reconoce agradecido. 

Un día de descanso

En esta segunda etapa, dentro de la categoría máster, no ha dejado de sumar logros. Hasta el año pasado entrenaba todos los días, pero ahora ha reducido a seis las sesiones semanales. “Hay momentos en la vida en los que tienes que pararte y pensar. El año pasado fue malo con muchas roturas musculares. Tocaba bajar un poco el pistón para poder seguir cumpliendo objetivos y sobre todo para evitar lesionarse. Hemos cambiado entrenamientos, ejercicios de fuerza, alimentación y metido un día de descanso a la semana”, repasa su rutina.

A pesar de los años, Javier Fontaneda no pierde la ilusión ni la constancia. Cada marca, cada carrera, es un nuevo objetivo. Entrena y compite con la misma energía con la que un niño de 9 años descubrió, por primera vez, que correr podía hacerlo feliz. “Para mi es una liberación; una forma de entender lo que es el deporte y la competición. Es una manera de estar activo e ilusionado por retos. El deporte competitivo es como la vida; te tienes que marcar objetivos y ser ambicioso para intentar superarte. El atletismo es un motivo para sentirme vivo, ilusionado y joven”, describe con sentimiento.  

Grandes resultados

El trabajo y la constancia muchas veces suelen tener recompensa. Muestra de ello, los resultados obtenidos este año con el triunfo en el campeonato de España de Cross disputado en Málaga en febrero, después vino la victoria en el campeonato de España de 10 kilómetros en Bilbao, batió el récord de España de 10.000 en pista el pasado mes de mayo y la primera semana de junio logró el récord de España de 5 kilómetros en ruta en Irun. También ganó campeonato de España de pista en 1500 disputado en Alicante y allí también batió el récord de Euskadi en 800, prueba que nunca había disputado. A todo esto, hay que añadirle la semana fantástica que acaba de completar. “Para mi este año ha sido el más completo y fructífero. El próximo, 2026, focalizaré en el mundial que se disputa en el mes de agosto en Corea, reconoce incansable y con ganas de seguir disfrutando del atletismo.