Con los votos favorables del equipo de gobierno de PNV y PSE, la abstención de EH Bildu y el rechazo de la Candidatura Local Independiente, el pleno de Balmaseda dio luz verde ayer a los cambios en la ordenanza de tráfico que, según el alcalde, Alfonso San Vicente, “regulan, que no restringen” la circulación por el casco histórico para “favorecer una convivencia más equilibrada entre quienes caminan, residen y desarrollan su actividad económica en el centro de la villa” y promover hábitos de transporte sostenibles. La medida ha suscitado “controversia”, reconoció.

Uno de los puntos más contestados es la creación de un sistema de pases para residentes sin garaje que permite hasta ocho al mes , una cifra que “no se ha definido de forma arbitraria, sino en base a datos técnicos”. Así, “los informes elaborados por la Policía Municipal y el departamento de informática municipal que han analizado los actuales patrones de circulación sitúan la media de accesos en 3,1 mensuales por vehículo, por lo que el límite cubre holgadamente las necesidades más comunes”. Si se llegara a exceder “en situaciones excepcionales documentadas ante la Policía Municipal antes o después, podrán entrar”.

Además, la supresión de los pivotes automáticos “facilitará un acceso más ágil y sin obstáculos innecesarios”. Los establecimientos del casco histórico dispondrán de “una franja horaria más amplia” para operaciones de carga y descarga. El nuevo modelo de peatonalización posibilita la tramitación y gestión de los pases mediante un sistema digital.

245 alegaciones y 2.000 firmas

El equipo de gobierno defiende que se han respetado los procesos participativos y la “escucha activa” con una encuesta que recibió “más de 500 respuestas”, información en los canales comunicativos del Ayuntamiento y reuniones con comerciantes y otros sectores económicos afectados. Aun así, se han enviado 245 alegaciones, desestimadas “a las que se responderá” y más de 2.000 firmas.

En la Candidatura Local Independiente “creímos que se iba a abrir un diálogo tras el aluvión de alegaciones y las declaraciones que decían que se iba a escuchar a la ciudadanía, pero hemos pecado de ingenuidad”, valoró su portavoz y alcalde de 2019 a 2023, Aitor Larrinaga. Reprochó que “con prisas y urgencia que no entendemos y han llevado a cometer errores”, los cambios “se traen a pleno de manera precaria a sabiendas de que puede haber recursos al contencioso administrativo”. La representante de EH Bildu, Nerea Fernández, señaló que la cuestión “demanda discusión y participación más profundas”.