Jóvenes de familias desestructuradas recorren Estados Unidos exhibiendo sus habilidades sobrenaturales en un circo. La capacidad de desplazar objetos con la mente, alzar objetos muy pesados, desvelar el pensamiento... Los guía Artemisa. Las personas que llenaron la Kultur Etxea en la presentación del quinto libro de Jennifer Ariño vieron cómo los personajes cobraban vida gracias al grupo de teatro Balmaberria. “¡Vámonos, tenemos que intervenir en la A-8!”, se despidieron los jóvenes actores y actrices dando a entender lo que la propia autora confirmó más tarde durante su diálogo con Ander Rivero: que “el proyecto del circo oculta algo más”.

Para alegría de sus seguidores, se trata de su libro más extenso hasta la fecha, “que ya lo veníais pidiendo”, con una trama “más profundizada” en la que se adentra por primera vez en la fantasía. “Al principio tenía un poco de miedo de cambiar”, admitió porque “a la gente le gustaba lo que hacía” en sus anteriores obras enfocadas al terror, pero “ese espíritu pervive también” en El circo Artemisa, editado de nuevo por Con pluma y píxel.

Además, “abarca más público” porque está recomendado para el público adolescente. “He retrocedido a la mía propia” en el propósito de “humanizar” a los protagonistas plasmando “esos problemas que pueden parecer triviales, pero de alguna manera tienen eco en la vida adulta”. Más o menos a partir de los 15 años “ya lo pueden leer”.

Escrito a lo largo de “un año y dos meses ocupando más o menos el triple de páginas que los anteriores”, el libro se compone de cuatro partes diferenciadas en las que se toca “el lanzamiento de un cohete”. “No he tocado en exceso” esa vertiente científica para la que se ha apoyado en documentación. Hoy día, “es muy fácil consultar bibliografía a través de Internet”.

Quienes ya lo han terminado “me han transmitido que ven varias capas, necesitan realizar varias lecturas” para analizar distintos matices”.

En este sentido, el nombre de Artemisa, la figura que no llegan a conocer físicamente y maneja los hilos “no lo he elegido al azar”. Es “la diosa de la caza y la naturaleza, se la relaciona con la razón de que en la vida las cosas transcurran de una manera u otra”. Aborda “conceptos como el bien y el mal: ¿quién decide qué es cada cosa?, se percibe desde una perspectiva subjetiva dependiendo de con qué ojos lo miremos”.

Segundas oportunidades

Desde el público intervinieron para poner en valor “las segundas oportunidades que concede la vida cuando eres aceptado y querido” en el seno de un grupo de amigos que proporciona el afecto que a los protagonistas se les negó en sus duras infancias. Por eso “los poderes se les manifiestan en respuesta a un rechazo por parte de sus familias”.

“Jennifer nos pone las cosas muy fáciles. Me divierto leyéndola porque toca muchos palos”, alabó su editor, Francisco Tapia, que estuvo presente en la Kultur Etxea. “Carece de superpoderes... aparentemente porque ha publicado cinco libros en cinco años, es de agradecer una producción literaria en Balmaseda”, compartió Ander Rivero, concejal de Cultura la pasada legislatura.

Debutó en plena pandemia con El volante invisible, a la que siguieron Nueve fantasmas, Las balas de la memoria y Madre. Asimismo, ganó el primer premio en el concurso de relato breve de Balmaseda con el cuento El tallista y también ha recibido varios premios en certámenes de fotografía.

Tras El circo Artemisa, disponible en la librería Maruri de la localidad, así como “bajo petición” en otras, se ha enfrascado en su nuevo proyecto, que “me devuelve a los orígenes del misterio y el terror”, sin descartar “un spin-off o una precuela” del universo bajo la carpa.