El Departamento de Salud del Gobierno vasco, a través de los Institutos de Investigación Sanitaria Biobizkaia, Biogipuzkoa y Bioaraba, ha puesto en marcha un nuevo ensayo para medir los beneficios del ejercicio físico en pacientes con linfoma. Se trata del proyecto de investigación Edonola, en el que participarán 180 personas en tratamiento activo de inmuno-quimioterapia y que tendrá a su disposición las instalaciones deportivas de Durango para poder llevar a cabo el novedoso programa de ejercicio físico.

“El linfoma es el quinto tumor más prevalente y en el cual, por suerte, curamos a muchísimos pacientes, pero es evidente que como consecuencia del tratamiento, tienen un deterioro funcional y un impacto en la calidad de vida. Por tanto, planteamos este estudio muy ambicioso de ver qué impacto tiene el ejercicio físico en pacientes con linfoma y que reciben tratamientos intensivos de inmuno-quimioterapia”, avanzó la doctora e investigadora Izaskun Zeberio.

En rueda de prensa, la alcaldesa de la localidad, Mireia Elkoroiribe; el director de Investigación, Innovación y Evaluación Sanitaria del Departamento de Salud, Iñaki Gutiérrez Ibarluzea; y las investigadoras Izaskun Zeberio, Sara Maldonado y Garazi Letamendi dieron cuenta de los pormenores del ambicioso proyecto que busca proporcionar un tratamiento efectivo para mejorar la calidad de vida de estas personas.

Y es que, si bien es cierto que los tratamientos actuales en personas con linfoma basados en inmuno-quimioterapia consiguen una alta tasa de respuesta y elevada supervivencia, no están exentos de toxicidad y pueden tener un importante impacto en la capacidad cardiorrespiratoria, alteraciones de la composición corporal, fatiga, depresión y reducción en la calidad de vida.

Por ello, el estudio Edonola tiene como objetivo diseñar y evaluar el efecto de un programa de ejercicio físico combinado (fuerza y entrenamiento aeróbico) en personas con linfoma en tratamiento activo, midiendo la capacidad cardiorrespiratoria, fuerza muscular, estado psicológico, calidad de vida, biomarcadores y sistema inmune. El proyecto pone especial énfasis en la población de pacientes mayores de 70 años y trata de avanzar en el desarrollo de nuevas estrategias más precisas.

Ejercicio guiado

Durante el programa las y los pacientes estarán en todo momento guiados por profesionales que adaptarán la intensidad del ejercicio a cada paciente y a la fase de la enfermedad. “Las valoraciones físicas, funcionales y fisiológicas, así como el programa de ejercicio físico lo dirigirán personas investigadoras educadoras físico-deportivas, graduadas y doctoras en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la UPV/EHU”, concretaron.

Con todo, la intervención del programa de ejercicio físico se llevará a cabo en el Onkologikoa (Donostia), el Centro de Investigación de Actividad Física para la Salud (Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz), y en las instalaciones deportivas cedidas por el Ayuntamiento de Durango y en el Centro Integrado de Formación Profesional Harrobia de Bilbao. “Sabemos que el ejercicio físico tiene un papel fundamental en la salud de las personas y, en este caso, puede ser un factor decisivo para mitigar la fatiga, mejorar la funcionalidad y preservar la masa muscular durante el tratamiento”, apuntó la primera edil en referencia a este ensayo clínico que ya se está testeando en Donostia y que pronto empezará a derivar a los primeros pacientes a las instalaciones deportivas de la villa.

En breve

Nueva investigación. El ensayo clínico Edonola medirá los beneficios del ejercicio físico en personas con linfoma que reciben inmuno-quimioterapia.

Ejercicio combinado. Los tratamientos actuales en personas con linfoma basados en inmuno-quimioterapia consiguen una alta tasa de respuesta y elevada supervivencia, pero no están exentos de toxicidad y pueden tener un importante impacto en la calidad de vida, por lo que este ensayo tiene como objetivo diseñar y evaluar el efecto de un programa de ejercicio físico combinado.