Pedazos de naturaleza en la ciudad. Zonas verdes, pero con mucha vida animal y vegetal. Parques, pero no pensados exclusivamente para las personas; son, más bien, para ellos: para las lechuzas, para los sapos, para los murciélagos, para las lagartijas... El Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Getxo se encuentra inmerso en un proceso para naturalizar tres parques del municipio: el de Andra Mari, junto al malakate; el de Etxezuri o del hotel Artaza, junto al río Gobela (Neguri); y el Real Socorro, junto a la estación de metro de Aiboa (Algorta). De lo que se trata, en este sentido, es de llevar a cabo acciones para favorecer la presencia de aves, anfibios, insectos, reptiles, mamíferos, etc., como la instalación de cajas-nido, comederos, bebederos; la acumulación de piedras, troncos y ramas; e incluso, la creación de charcas.

Adentrarse en uno de estos terrenos es colocar un paréntesis a la rutina. Es un refugio. Los pájaros cantan, hay troncos tumbados tranquilamente; en algunos casos, también hay árboles de gran porte para escapar del mundo; a veces, huele a eucalipto; las pisadas suenan, de hecho, crujen por las ramitas, y la hierba pide crecer: ha de ser alta para enraizar este ecosistema y para que entren polinizadores, por ejemplo. Eso es lo que sienten los humanos; para los animales, directamente, es un hogar. Quizás, de paso. Quizás, de larga estancia. “Queremos que la fauna y la flora tengan su sitio. Estamos naturalizando nuestros espacios urbanos”, resume el concejal de Medio Ambiente, Iñigo Urkitza. Y la extensión y características de Getxo permiten cederles –o que recuperen– esos metros; el municipio da pie a esa convivencia, más allá, incluso, del envidiable humedal de Bolue. Es más, estos tres parques naturalizados “son sitios aislados”, aclara Urkitza. Es decir, no están en plena zona centro ni son frecuentados por gran cantidad de personas.

El concejal de Medio Ambiente, Iñigo Urkitza, junto al panel explicativo del proyecto, en el parque Etxezuri, de Neguri. M. Hernández

“Queremos que la fauna y la flora tengan su sitio. Estamos naturalizando los espacios urbanos”

IÑIGO URKITZA - Concejal de Medio Ambiente

Son parques boscosos. No son bonitos para los cánones. “Se trata de cambiar el concepto de belleza que tenemos asumido para otros parques y zonas verdes urbanas, permitiendo un entorno con una belleza diferente, salvaje y natural”, apunta Xabier Buenetxea, quien realiza los estudios de seguimiento faunístico y medio natural en Getxo. “Parece que está descuidado. Pero no: está silvestre. Es para la fauna”, reconoce el edil del departamento. “La hierba alta tiene mala prensa”, ilustra, de igual modo, Josu Ateca, técnico de Medio Ambiente del Consistorio getxoztarra. “La gente piensa que la hierba alta puede favorecer la aparición de garrapatas, cuando no tiene nada que ver. Es más, si tienes un ecosistema completo lo que vas a tener es menos, porque va a haber más predador de garrapatas y... así se activa toda la cadena”, añade Buenetxea.

También hay poca luz artificial. “La iluminación debe ser la mínima posible para evitar molestias a la fauna”, agrega Ateca. De todas formas, estos terrenos naturalizados no están cerrados al acceso de personas. “No queremos restringir el paso, salvo a las charcas, que sí están valladas, sobre todo por los perros. Pero nosotros los entendemos como lugares en los que podemos coexistir”, reflexiona Buenetxea.

Luego, cada una de estas áreas seleccionadas para este proyecto que germinó en 2022 tiene sus particularidades. La de Aiboa es “un oasis muy cerca de la ciudad”, opina Urkitza. “El arbolado es espectacular aquí”, admira. Es cierto que el paso del metro desnaturaliza un poco este ambiente, pero las aves se han acostumbrado a ese ruido urbano. Además, verdaderamente, este parque es un tesoro. “Cumple muchas de las condiciones requeridas en este proyecto: extensión, presencia de árboles de gran porte y zonas arbustivas de refugio, continuidad y proximidad con otras zonas verdes...”, repasa Ateca. En esta campa se han generado dos balsas de agua para residencia de anfibios y como abrevadero para otros animales. También hay 14 nidales: cuatro para murciélagos y diez para pajaritos. Se han contabilizado 21 especies; las más habituales: petirrojo, mirlo, mito y zorzal común.

Comedero en Etxezuri, donde se pone alimento de forma puntual. M. H.

El parque Etxezuri es muy distinto al de Aiboa. Aquí, su fortaleza es estar junto al río Gobela, por lo que formaría parte del corredor ecológico de Getxo. Presenta dos partes diferencias y es la más apartada la que se ha concebido como superficie naturalizada. Hay una balsa de agua y también catorce cajas-nido y se han detectado 15 tipos de aves. Mientras que el parque de Andra Mari, de igual manera, presenta una charca y once nidales, por los que pasan doce especies de aves diferentes. El reyezuelo listado es la más asidua.

“No queremos restringir el paso a las personas, salvo a las charcas, sobre todo por los perros”

XABIER BUENETXEA - Experto en Medio Natural

En estos tres parques también hay arbustos, piedras, junto a troncos y otros hoteles para insectos. Y todo lo plantado es con “semilla autóctona”, puntualiza Buenetxea. Otra precisión: la comida que se pone a los pájaros es puntual. Se hace, sobre todo, en invierno como ayuda. “Si no, puedes crearles demasiada dependencia. No pueden depender de ti para su alimento”, indica el experto. Una de las conclusiones extraídas en este tiempo es que “hace falta que entren rapaces nocturnas y grandes predadores como plaguicidas biológicos”, desvela Buenetxea. Por eso, Getxo seguirá invitando a aves, insectos y demás fauna a sus parques.

El apunte

  • Parque de Aiboa. Es una zona, de por sí, muy parecida a un bosque, por lo que es muy adecuada para este proyecto. Se han habilitado dos charcas para anfibios y catorce nidales, entre otras acciones.
  • Parque Etxezuri. La parte naturalizada está en el ámbito más apartado de esta extensión, situada junto al río Gobela, lo que es una fortaleza. Hay una balsa de agua y catorce cajas-nido.
  • Parque de Andra Mari. Hay creada una charca y colocadas once cajas-nido.