“Es un resumen de todo lo que no debe hacer un juez”
El coordinador de JJpD reprueba que el juez del ‘caso Errejón’ interrumpa a la denunciante y “cuestione su relato” con “preguntas fuera de lugar” | Al presidente de la APM le asombra que declarara de pie y advierte sobre las filtraciones
“Es un resumen de todo lo que no se debe hacer por parte de los jueces. Incluso en la Escuela Judicial habría que ponerlo para explicar todas las cosas que se deberían evitar”. Así de contundente se manifiesta Jorge Juan Hoyos, coordinador de Juezas y Jueces para la Democracia en Euskadi y magistrado de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, al analizar el interrogatorio realizado por el juez Adolfo Carretero a la actriz Elisa Mouliaá, quien denunció al exdiputado Iñigo Errejón por una presunta agresión sexual.
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En el interrogatorio, cuyas imágenes se filtraron el pasado lunes y que ha sido objeto de polémica por el tono y las cuestiones formuladas por el juez, “llama la atención que continuamente la esté interrumpiendo, realizando preguntas, la mayoría fuera de lugar, que intentan cuestionar, poner en duda, controvertir el relato de la víctima y cuestionar también su comportamiento, haciendo reproches implícitos a su actuación. Eso a todas luces hay que evitarlo, es una cuestión de sentido común y de perspectiva de género”, defiende Hoyos. Según argumenta, “no se puede preguntar a la víctima por qué tardó cinco días o un año en denunciar porque no hay una obligación legal que diga que tiene que hacerlo inmediatamente. Cada víctima es un mundo y tiene que tomarse su tiempo y eso debe ser asumido por los jueces. Si preguntas por qué no denunció antes estás trasladando un reproche a su comportamiento, que es lo que se tiene que evitar”, subraya.
Tampoco, añade, el juez Carretero debería de haber preguntado a la denunciante “por qué no reaccionó, por qué no le dijo: Para ya”. “El juez no puede decirle a una víctima que está sufriendo una agresión sexual que por qué se quedó paralizada cuando es un comportamiento muy habitual en las víctimas de delitos de esta naturaleza. Además, esa pregunta supone un rechazo, una recriminación del proceder de la víctima”, censura el coordinador de JJpD.
Hoyos, que creía que “todo esto ya estaba, en general, superado”, destaca que, como consecuencia de la actuación del juez Carretero, “la presunta víctima está incómoda, siendo sometida a un interrogatorio que responde a épocas pasadas, de la Policía de los años 50 o 60”.
Lejos de estar “continuamente inquiriendo”, explica, se debe “dejar hablar a la víctima, sin interrumpirla ni efectuar preguntas hirientes, chabacanas, innecesarias y gratuitas, que es lo que estaba haciendo el juez”. En definitiva, resume, permitirle relatar los hechos “con calma, sentada y en un entorno amigable” para, a posteriori, “hacer alguna matización o pregunta con educación, empatía y sensibilidad”.
Pese a la alarma causada, tras ejercer “muchos años en la Audiencia de Gipuzkoa”, el magistrado aclara que la actuación del juez Carretero en este interrogatorio es “totalmente insólita, una excepción”. Por ello, confía en que “no retraiga a personas que hayan sufrido hechos de esta naturaleza a evitar acudir a un juzgado. Eso quizá sea lo más preocupante, aunque esta forma de preguntar a una víctima de un delito no es la norma general”, reitera.
Filtraciones que “revictimizan”
Con la mirada puesta en la ciudadanía, Emilio Lamo de Espinosa, presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura en Euskadi y magistrado del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 2 de Bilbao, repara en las repercusiones que puede tener la filtración de unas declaraciones, a las que “solo las partes deberían de tener acceso”. “Filtrar esas grabaciones incide mucho en el daño que se puede causar a las víctimas, porque en este caso han sido Mouliaá y Errejón, pero le puede pasar a cualquier otra persona. En YouTube hay grabaciones de juicios y declaraciones de personas que afectan a su intimidad y eso también incide en la revictimización de la víctima”, lamenta este magistrado, que muestra su preocupación por el hecho de que estas filtraciones disuadan a otras personas de denunciar.
La presunta víctima tiene que relatar los hechos “con calma, sentada y en un entorno amigable”, según explican ambos magistrados
Tras calificar de “duro” el interrogatorio realizado por el juez Carretero a Mouliaá y, sin querer entrar a valorar su actuación, Lamo de Espinosa recuerda que, en casos como este, “hay que ser absolutamente escrupuloso con las dos partes porque a la presunta víctima hay que tratarla con un tacto especial y hacer un esfuerzo de empatía y el denunciado goza de su presunción de inocencia”. Por ello, para realizar un “buen interrogatorio”, detalla, “hay que formular preguntas claras, dejar a la persona que conteste con amplitud, sin interferir, y no realizar actuaciones que puedan suponer una brusquedad innecesaria”. “El respeto a las partes tiene que ser fundamental y el interrogatorio tiene que estar presidido por la imparcialidad del juez, a pesar de que se tratase del peor delincuente de todos los tiempos. No puede dar la sensación de que está a favor de una u otra de las partes”, señala.
El presidente de la APM en Euskadi corrobora que lo sucedido en este caso es “una excepcionalidad”. “Declaraciones de este tipo hay todos los días en todos los juzgados y las quejas o problemas son mínimos porque el trato que se da a las víctimas es el que se merecen”, afirma.
Asombrado porque Mouliaá declarara “de pie y en una sala de vistas”, Lamo de Espinosa destaca la importancia de “crear entornos más agradables y menos agresivos que permitan a las partes hablar con naturalidad. No se trata tanto de buscar la verdad material a toda costa, sino de que puedan expresarse con libertad”.