La Diputación de Bizkaia sostiene que la cueva de Armintxe, en Lekeitio, uno de los mayores yacimientos rupestres de la cornisa cantábrica, no se está deteriorando “más allá de los procesos de alteración naturales propios” de un espacio de estas características. Además, se han instalado sensores específicos para monitorizar durante un año completo el estado de la cavidad y espera contar con los primeros informes técnicos en febrero, sobre los que poder definir las medidas a implantar para preservar las pinturas.

Descubiertas en 2016 por miembros del grupo espeleológico Ades de Gernika y del grupo arqueológico Agiri, los grabados de la cueva de Armintxe suponen un auténtico santuario paleolítico. En la cavidad, ubicada bajo el barrio de Larrotegi, se han identificado más de 70 figuras, muchas de ellas de forma animal, como caballos, bisontes, cabras, leones –los primeros hallados en las representaciones paleolíticas del Cantábrico–, ciervos y renos, realizados hace entre 12.000 y 14.500 años. El conjunto destaca por la técnica empleada, los motivos grabados y su composición, con figuras de gran tamaño, alguna de hasta metro y medio.

Los propios espeleólogos que hallaron los grabados ya alertaban aquel años del riesgo de que las inundaciones afectaran a los grabados paleolíticos de Armintxe. “Las agresiones urbanísticas que ha sufrido esta cueva han obstruido el paso del río que circula por ella, de forma que, en épocas de lluvia, el nivel del agua sube hasta el punto de inundar un gran número de grabados. Es absolutamente necesario comprender el comportamiento hidrológico de la cavidad para poder abrir un aliviadero que permita la salida de estas aguas y la protección de este conjunto de arte rupestre”, reclamaban. Y lo han vuelto a hacer este mismo año. “Ocho años después, resulta decepcionante que aún no se haya resuelto el problema de las inundaciones que constatamos que se producen una media de dos a tres veces por año”, denunciaban miembros de Ades Gernika.

En la respuesta a una pregunta escrita formulada por Elkarrekin Bizkaia, el departamento foral de Euskera, Cultura y Deporte está calificada como Monumento, por lo que posee “el mayor grado de protección administrativa”, que se extiende a toda la cavidad. En relación a las medidas que se han adoptado desde la institución foral, la directora de Cultura, Begoña de Ibarra, explica que desde que se instalaron los aparatos de medición “se ha venido trabajado en la mejora de recogida de la información sobre la cueva”, en aspectos como la topografía, la hidrogeología o los procesos de inundación, para que, “en caso de que fuera necesario, poder desarrollar las obras de canalización con la mayor garantía de éxito y con la menor afección al monumento posible”. En este sentido, se han instalado ya unos nuevos sensores específicos que registrarán durante un año completo todos los datos técnicos necesarios para establecer el programa de medidas para la “protección óptima” de la cueva. De hecho, los primeros informes técnicos, a partir de las mediciones ya realizadas, está previsto que se reciban en febrero de 2025.

En cualquier caso, y “gracias a las mediciones y controles periódicos que se realizan en la cueva”, la Diputación ha constatado que el arte rupestre de Armintxe no se está deteriorando más allá de los procesos de alteración naturales propios de este tipo de bienes”.

8,95 m

En la respuesta remitida por la Diputación, se refleja que la cota máxima alcanzada por el río subterráneo que atraviesa la cueva durante los episodios de inundación en 2020 fue de 8,42 metros; un año más tarde, el nivel más alto alcanzó los 8,95 metros de altura. La Diputación, URA y el propio Ayuntamiento de Lekeitio regularizaron en 2019 y 2020 el caudal del río, con la finalidad de que no entrara más agua de la adecuada en la cueva.