Con las tareas previamente asignadas aprendidas a la perfección, el alumnado se encamina al edificio consistorial para depositar los tápers con alimentos sobrantes del comedor en una máquina de vending de la que quien quiera puede recuperarlos gratis. Maristak Zalla se suma al proyecto Rexcatering que trabaja para evitar el despilfarro alimentario al mismo tiempo que inculca valores en sostenibilidad y consumo responsable a la juventud.
Personal de cocina se encarga de envasar la comida en tápers biodegradables de pasta de maíz con capacidad para unos 250 gramos cada uno, sellarlos con plástico e introducirlos en el abatidor. Después, el alumnado toma el relevo etiquetando cada envase con la fecha de caducidad correspondiente e información como los alérgenos que contiene la comida, información de interés para las personas con intolerancias. Con la ayuda de una tablet pueden también “medir la cantidad de comida que se ha recuperado”, explica la directora del centro, Alazne Azaceta.
Desde el 21 de noviembre los cursos de sexto de Primaria, primero de Secundaria y primero de Formación Profesional Básica repiten el ritual de comprobar, al llegar al edificio consistorial, si queda comida caducada y devolverla al colegio en ese caso con destino al contenedor de residuos orgánicos. Habitualmente se llevan la agradable sorpresa de que los tápers se han agotado.
Un éxito por el que el colegio también da las gracias al Ayuntamiento de Zalla por su disposición a instalar la máquina en dependencias municipales. En concreto, en la planta baja del edificio, en el vestíbulo que da acceso al SAC.