Balmaseda "es la catedral de las putxeras"

Un jurado compuesto íntegramente por mujeres está probando ya las alubias de las 180 personas participantes en el concurso de San Severino. La cita de Balmaseda "es la catedral de las putxeras", según ha ratificado la agrupación gastronómica Kolektibo Bakalao, de Sodupe, que habitualmente concursa y ejerce de jurado en otros certámenes.

Se han instalado a las 7.00 en los soportales del edificio consistorial, uno de los emplazamientos más codiciados, al estar cubierto. "Hay que vigilarlas con mimo" en un proceso que puede durar cuatro horas. Lo más importante, "que no se agarren", han coincidido Floren Septien, Pedro Vivanco y Julen Otazua, mientras en el escenario La Otxoa, Cofrade de Honor, ponía a bailar al público con su Libérate. La Cofradía de la Putxeras ha distinguido también a Emakunde, Lara Martín y Natividad Orcasitas. 

Las alubias han ayudado a entrar en calor en una mañana fresca, donde se han visto mantas por doquier en el casco histórico. "Nos hemos preparado como para ir a la playa", han contado sentadas en tumbonas Goiuri González, Arrieta Zulaika, Amara Beraza, Izaro Martínez y sus amigas. "Lo que más nos ha costado es hacer el fuego, luego comeremos aquí la putxera de 16 raciones" sin la presión de presentarse al concurso y con los consejos de sus amas y aitas, que se acercan periódicamente a ver sus progresos.

La cantera se prepara para continuar con la tradición, como atestigua el nutrido grupo Balmaseda no de Arrate Rodríguez, Daniella Rey, Udane Hidalgo, Maider Zugasti y sus amigas, equipadas incluso con un Trivial. "Venimos por segunda vez", han compartido.

"La juventud está pegando fuerte, han señalado Dolo Legarra y Andrés Zarraga, de Sopela, que se han levantado a las 4.00 para venir a Balmaseda. El madrugón "nos compensa, claro que sí". Y no sólo por haber ganado en 2017 y quedado segundos en 2019, sino, sobre todo, "por las amistades que hemos hecho". Desde que les guardó el sitio por primera vez hace ocho años, Xabi Zubiaga es para Dolo "mi hijo de las alubias". Comerán todos juntos en su txoko acordándose de Borja Aretexederra, Pizarrín, todo un maestro en el arte de cocinar putxeras, fallecido repentinamente hace unos meses. "Mi marido y él hablaban muchísimo. Le recordamos todos los días", han compartido, emocionados.