A lo largo del mes de octubre Euskal Herria Museoa acoge la muestra fotográfica Cuando el tren llegó a Gernika, organizada por el propio museo en colaboración con el Museo Euskotren, al que pertenecen las fotografías, y la asociación Gernikazarra Historia taldea. La iniciativa se enmarca dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio que se celebran actualmente en Bizkaia.

La muestra está compuesta por doce fotografías y dos paneles explicativos, uno dedicado al ferrocarril y otro al promotor del proyecto ferroviario. Junto a esta exposición el próximo 17 de octubre también tendrá lugar la conferencia de Txato Etxaniz, del grupo de historia Gernikazarra, quien desvelará la estrecha relación que tiene el Palacio Alegría, actual sede del Euskal Herria Museoa, con el acontecimiento histórico que supuso la llegada del tren a la villa de Gernika en 1888.

Entre sus promotores hay miembros de la familia Allendesalazar que mantiene estrechos lazos con la sede de la muestra

Y es que la llegada del tren a Gernika representó una revolución en muchos aspectos de la vida cotidiana, industrial y de ocio del entorno, ya que, ha sido una piedra angular en el desarrollo de Gernika-Lumo y la comarca de Busturialdea, teniendo un impacto significativo en la transformación de ambas: tanto en términos económicos como sociales, facilitando no solo el comercio y el transporte, sino también la expansión económica, industrial y social, así como la integración de personas y mercados lejanos.

La llegada del tren cambio la vida de la villa. Antonio Zumárraga Egozcue

El tren, Isabelita la Koipesta, como se le llamaba popularmente en la villa foral, o el Guernicachu, –como se le denominaba en municipios como Amorebieta o Bilbao– llegó el 13 de agosto de 1888 , y revolucionó la forma del transporte al proporcionar una solución eficiente y rentable para mover mercancías y personas, haciendo posible la distribución masiva de productos básicos y distintos alimentos, sin olvidar algo fundamental, que democratizó el viaje al facilitar el transporte y desplazamiento de las personas a un precio asequible.

Es decir, la llegada de aquel ferrocarril humeante produjo un impacto social, político y económico indiscutibles. Por un lado, a los agüistas, primeros turistas, les facilitó enormemente acceder a la comarca para luego poder desplazarse al balneario de Kortezubi o bañarse en Mundaka y Bermeo.

Y para la industrialización de Gernika-Lumo, resultó un elemento imprescindible por la capacidad de transportar materias primas y productos terminados, facilitando la globalización de la producción al conectar fábricas con mercados distantes. Los lugares con acceso o próximos a un ferrocarril experimentaron un notable crecimiento económico, atrayendo inversiones y fomentando el desarrollo de industrias, incluso Bermeo y Mundaka, a pesar de no estar conectadas, vieron como su pesca y sus conservas, se beneficiaron de ello, al igual que el sector agrícola comarcal.

Estación de Gernika a finales del siglo XIX. Gernikazarra Historia Taldea

Doce fueron los principales promotores de llegada del tren a Gernina entre los que se encuentran varios miembros de la familia Allendesalazar.

Lo explicará el jueves Txato Etxaniz, del grupo de historia Gernikazarra, en una conferencia a partir de las 18.00 horas

El transporte moderno, la logística y sus innovaciones, deben mucho a las prácticas desarrolladas antaño en el sector ferroviario. La antigua línea de Amorebieta-Etxano a Gernika-Lumo, y su posterior prolongación a Sukarrieta y Bermeo, actual línea Matiko-Bermeo, sigue ofreciendo eficacia y comodidad al viajero. Estos hitos no sólo muestran la evolución histórico-tecnológica del ferrocarril, sino que también subrayan su impacto profundo, además de en la economía personal, en el bienestar social de la comarca.

¿Quién y por qué?

El 17 de octubre Txato Etxaniz, del grupo de historia Gernikazarra impartirá una conferencia en el que desvelará cuáles fueron las razones para hacer que el tren llegase, y quién estaba detrás de este proyecto. La charla será en Euskal Herria Museoa a las 18.00 horas. Para más información y reservas: 946255451 y euskalherriamuseoa@bizkaia.eus.

La fecha: 1888

El tren llegó a Gernika el 13 de agosto de 1888, facilitando la distribución masiva de productos básicos y alimentos (lo que se tradujo en crecimiento de industrias e inversiones), así como los viajes de pasajeros. Toda una revolución en aquella época que atrajo a un incipiente turismo a las playas o el balneario de Kortezubi.