Me gusta mucho conocer el montañismo histórico, cómo nace y cómo crece. Es bien bonito ver fotografías de época, como las que ponemos en esta sección. Además, este deporte que sólo tiene un siglo organizado destaca como uno de los más nobles que existen.

Desde sus comienzos el Bilbao Alpino Club publicó en prensa sus actividades en cada época del año. Es uno de los poquísimos clubes de montaña en estar constantemente en la prensa. Su vida ha sido muy activa, sobre todo en sus 50 primeros años.

Eran meticulosos legalmente y de los pocos clubes que tenían reglamento interno. Esto suponía que la vida del club estaba reglamentada y todo el mundo sabía lo que podía esperar del club y qué comportamientos eran los esperados de un buen deportista, y si había incumplimientos, quién, cómo y qué clase de sanción podía corresponderle y a quién pedir defensa. Lo mismo hacía con otras actividades sociales, que tenían siempre su reglamento, así cuando se convocaba una modalidad de marcha o concurso, iba unida a la misma el reglamento. Por lo tanto, era de los clubes que tenían normas para todo; Régimen interior, concursos oficiales, uso de los dos refugios, y de todos los tipos de marchas.

Sólo el CDB y el BAC tenían editado un díptico de propaganda impreso para dar a los futuros socios. En él anotaban consejos, advertencias y ruegos. Además, añadían máximas montañeras de diversos autores para que las meditasen.

En la sección de Alpinismo del periódico Excelsior publicaba las excursiones el BAC y entre otras vemos como notifican que van a Kolitza, Pico del Ahorcado, Txarlazo, acudieron en camión con asientos de tablas. Idem a Cerredo. Sopeña les felicitaba muchas veces por su gran actividad. Publicaban artículos y los firmaba el seudónimo Un Amante de la Montaña. Su sede estaba en Conde Mirasol nº 3 bajo. Siendo presidente Higuera, en 1926, colocan un buzón en el Gallarraga, entonces empiezan a salir del entorno y van a Teruel y al Moncayo.

A Miguel Revuelta, socio fundador del BAC, filántropo, pagasarrista, constructor de senderos en 1924, como el camino de san Roque al Pagasarri, le hicieron varios homenajes, algunos los del grupo Las Mercedes. Miguel Revuelta y Esteban Mendiluce, juntos, también arreglaban senderos y caminos al Pagasarri. Mendiluce y Herrán (marido de la Paca) pusieron el buzón de 1926. A Mendiluce lo retrató Indalecio Ojanguren. Fue muy popular el hombre pues iba Pagasarri, trabajaba de noche en Euskalduna y de día con picachón y azada a abrir caminos.

Al año siguiente (1927) instalan un buzón en Lekanda. Desaparece. Hay que recolocarlo. Eskuara, Ranero, Bedartxandi (también recolocado, desaparición) fueron los siguientes buzones. En estos años era frecuente que los pastores los quitaran, pensaban era una invasión en sus terrenos. El Pico del Ahorcado fue otro buzón repuesto por desaparición, también Ranero. Como vemos tomaban nota de todo y eso hace que tengamos la suerte de estudiar la vida del BAC por capas, estratigrafía históricos.

Raimunda Royo recibe la medalla que se la reconoce como la primera mujer que ha finalizado el concurso de 100 montañas en el País Vasco. Ese año, 1930, le dio el Real Club Peñalara una medalla por su actividad. Desde que murió Galo Bacigalupe, en 1927, todos los años le hacían una misa en Gorbeia. Escalan el Pico del Fraile y el Diente del Ahorcado, consideradas entonces las dos dificultades máximas de Bizkaia. Muñozguren, referente también como cronista montañero, escala El Fraile en nombre del BAC en 1927. En 1931 acuden al Santuario de San Miguel Excelsis en Aralar como acción relevante.

En Chamonix cuatro montañeros del BAC en 1932 fueron miembros fundadores correspondientes a España de la UIAA. Publican excursiones en el Excelsius, por ejemplo, al Toloño, firmando el artículo El Águila Negra. Tres del BAC acuden a Picos de Europa y lo describe El Hombre de las Cavernas (Ferrer).

Van a Peña Rocías, a Sotoscueva, a Oteros. Con motivo de la disolución de la Federación Vizcaína, el BAC se plantea si debe desaparecer. Dice que no. Se posiciona a favor de la Federación y solicita una asamblea extraordinaria. Consideran que la junta anterior no ha sido conforme al reglamento.

En Excelsius (1933) aparece el artículo, Recuerdos de mis vacaciones escrito por Floren (BAC) y hace balance de excursiones de Antonio Ferrer. Peña Rocías, Peñas de Aia, Peña del Mazo, con la colocación de un buzón. El BAC ofrece un banquete a los finalistas de los concursos. José Manuel Palacio Arrigorriaga hizo letra de la canción montañera del BAC para interpretarla en el monte, era el himno del club.