Las pequeñas Dunise y Elaia, familiares del ferrón y herrero Luis Padura Elorza, un herrero artesano del hierro y de la forja que recibió el Premio Nacional de Artesanía en 1987, fueron testigos del cálido homenaje que ayer le tributó la ferrería de El Pobal al cumplirse veinte años de la puesta en funcionamiento del centenario martillo pilón y de la fragua con él como parte activa.
Nacido en 1945 en la localidad alavesa de Beotegui, perteneciente al concejo de Menagaray-Beotegui, su vida ha estado ligada a la forja y a la escultura con el hierro como protagonista. Su profesión, tal y como destaca su entrada en Wikipedia, fue al mismo tiempo su afición, “transmitida desde el siglo XVI a través de varias generaciones de la familia”. Su abuelo Julián tuvo una fragua rural en Beotegui. Es citado por Micaela Portilla como autor de los herrajes de la puerta de entrada a la iglesia del convento de Quejana. Su padre, Juan Padura, que dirigió un taller también en Beotegui, fue conocido por sus ruedas de “reja”.
Luis Padura abrió las puertas de su taller, y ha compartido sus conocimientos sobre el oficio de la forja tradicional con varios discípulos como Oier Elorduy e Iñaki Cantería a través de los talleres y cursos que ha desarrollado a lo largo de los años en localidades como Balmaseda, Zalla y Orduña.
Mantenía clientes de su abuelo, de Álava, Bizkaia, La Rioja y el norte de Burgos que encargaban rejas para ventanas y balcones o piezas férreas de lámparas y apliques.
El escudo familiar tiene dos martillos y una tenaza que sujetan el hacha y la leyenda “Con hierro al fuego, Padura labre siempre su ventura”. Ayer sin embargo, para deleite de los cerca de sesenta asistentes a la jornada de exaltación del trabajo de este singular ferrón, no dudó a la hora de coger el martillo para elaborar algunas piezas de la veleta –casi tres metros de alto– que adornará la zona del gallinero que se sitúa en la casa familiar de Llanteno, donde reside. Además, recibió una ofrenda en forma de una lámina del émbolo que mueve el martillo pilón de la ferrería, elaborada por el ilustrador Javier Gandarillas tras la actuación al txistu del historiador Carlos Glaría.
“No va estar en el alto, como era tradicional en las veletas que coronaban grandes edificaciones religiosas o nobiliarias de nuestros territorios, sino que va a presidir un ángulo en la propiedad junto al gallinero”, anunció el maestro ferrón. “El gallo ha sido siempre un motivo recurrente en la coronación de las veletas en Euskadi y en otras zonas del Estado como Castilla-León”, explicó Luis Padura ante una audiencia absorta por los amplios conocimientos que el arabarra posee sobre este arte. Los ha transmitido a través de numerosos cursos y clases magistrales que ha llevado a cabo a lo largo y ancho de Euskadi.
“Las demostraciones que realizamos en la ferrería de El Pobal no hubieran sido posibles sin Luis Padura. La quilla de esta embarcación que es la demostración ferrona no hubiera sido posible sin su aportación. Nosotros simplemente le vamos añadiendo cuadernas”, agradeció la directora de El Pobal, Marta Zabala.