La juventud, según la define Unicef, constituye un periodo lleno de oportunidades y cambios en el que van desplegando sus capacidades y facultades para aprender, experimentar, estimular su pensamiento crítico, expresar su libertad y formar parte de procesos sociales y políticos. Una etapa en la que Jaime Íñiguez Nieva, un joven de 19 años del barrio de La Ralera de Ortuella, se vio envuelto tras el alzamiento fascista contra el régimen republicano democráticamente elegido y que le llevó a montarse con 18 años en un camión que iba hacia el frente de Asturias en defensa de la libertad.

Un episodio bélico tras el cual retornó a Euskadi para sumarse al batallón Perezagua que tomó parte en la batalla de Barazar donde a la postre encontraría la muerte. Un deceso que durante décadas ha marcado la vidas de sus familiares que ayer pudieron dar por cerrado un doloroso capítulo de su vidas con el enterramiento de sus restos –recuperados en el camposanto de Amorebieta-Etxano– en el panteón familiar del cementerio de Ortuella donde reposan sus padres y sus hermanos.

“Este acto de reconocimiento es importante por la dignidad de las víctimas. Les tenemos que decir a ellos que gracias a su lucha, a que ellos salieron a defender la democracia, hoy gozamos de esta democracia. Por tanto hay que reconocer el sacrificio de Jaime y de otras muchas personas de Ortuella. Según nuestra base de datos, en el frente murieron más de 150 vecinos a los que debemos sumar a más de 20 que fueron fusilados después de la guerra. Muchos de ellos todavía siguen desaparecidos y les tenemos que agradecer su sacrificio y decir claramente que estuvieron en el lado bueno de la historia, defendiendo la libertad y la democracia ante una sublevación fascista”, reseñó la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora), Aintzane Ezenarro.

Donar ADN

Aintzane Ezenarro. E. Z.

La responsable de este organismo, tras destacar el importante papel que ha jugado la Mesa de la Memoria de Ortuella en las exhumaciones llevadas a cabo en Amorebieta-Etxano hizo un llamamiento para que se aporten muestras de ADN al banco abierto por Gogora para continuar con esta labor de memoria histórica. Cabe destacar que desde 2020, Gogora ha exhumado más de 350 cadáveres de los que hasta el momento solo 50 han podido ser plenamente identificados.

El acto celebrado ayer en la OKE de Ortuella fue multitudinario y en el mismo estuvieron representantes de todas las fuerzas políticas municipales que arroparon a los descendientes de este joven que falleció el 7 de abril de 1937. “Su madre siempre repetía que era un chico muy bueno”, proclamaban los primos y familiares políticos de este joven que como poemaban desde la Mesa de la Memoria ha estado 87 años perdido “en un bosque de olvido intencionado”. Hasta ayer.

Recuperación

Entierro. Los restos mortales del joven miliciano ortuellarra Jaime Íñiguez Nieva reposan desde ayer junto a sus deudos en el panteón familiar del cementerio municipal de Ortuella, 87 años después de su fallecimiento durante la guerra civil.

Homenaje. La OKE acogió ayer un cálido homenaje popular en el que tomaron parte representantes municipales así como varios miembros de la Mesa de la Memoria de Ortuella y de la directora del centro Gogora, Aintzane Ezenarro.