Un Berango medieval
El mercado medieval, que concluye hoy, recrea la Edad Media con espectáculos de fuego, combates, animación musical, artesanía, talleres infantiles y una gran variedad productos de alimentación
Combates medievales, espectáculos de fuego, animación vikinga, oficios antiguos, talleres infantiles y una amalgama de olores y sabores han sumergido este fin de semana a Berango en la Edad Media con motivo de la tradicional celebración de su mercado medieval, que este año ha instalado más de un centenar de puestos y diversas actividades en el parque Moreaga. Una feria que concluye hoy y que ha vuelto a atraer a un numeroso público desde este pasado viernes gracias a su vistosidad y oferta gastronómica y artesana. En este sentido, además de puestos de alimentación y de artesanía, también dispone de teatro de calle, conciertos, espectáculos de fuego, talleres, parque infantil y representación de antiguos oficios que permiten hacer un viaje al pasado.
Precisamente, la recreación histórica y los espectáculos de lucha con armadura están siendo uno de los grandes atractivos de la feria. De traer a Berango la lucha medieval se encargaron ayer los integrantes de Urna Regnum, un equipo deportivo de combate medieval que compite a nivel estatal e internacional. “El deporte comenzó en Europa del este hace dos décadas y, tras conocerlo, soñábamos con practicarlo. Con el paso del tiempo nos fuimos formando en este tipo de lucha hasta que finalmente fundamos nuestro club hace 11 años”, explicó Álex Calleja, uno de sus integrantes. En concreto, el Urna Regnum está formado por personas de Euskadi, La Rioja y Nafarroa con fuerte complexión física. Y es que no es para nada sencillo soportar el peso de semejantes armaduras, de hasta 28 kilos de peso, y encima combatir con ellas. Por eso la preparación física es fundamental. “Nuestra preparación se basa en una combinación de gimnasio y pesas, alimentación, y luego entrenamientos con armadura un par de veces por semana”, relató. En este sentido, Calleja subrayó que durante las recreaciones no pelean únicamente contra el oponente, sino también contra su propio peso. “El combate es una lucha libre, no es una coreografía. Buscamos el derribo a base de impactos, tal y como se hace en este deporte denominado Bohurt”, apuntó. En Berango, el público pudo disfrutar de una demostración de combates individuales, es decir, de una persona contra otra, de dos contra dos y de todos contra todos.
Sobre esta línea, de proteger a los caballeros se encarga Ismael Llamosas, natural de Trapagaran, que confecciona cotas de malla, las armaduras medievales compuestas de anillos de metal entrelazados que se utilizaban para proteger el cuerpo. Un viejo arte que acercó al público, mostrando de primera mano cómo se confeccionaban estas piezas indispensables para salir vivo del combate. Autodidacta, Llamosas comenzó a aficionarse a la confección a través de libros e internet, y empezó a investigar. “Es un proceso muy sencillo. Lo primero que hay que hacer es pasar el acero por un tubo y al girarlo se van creando las anillas. Luego las cortas y vas siguiendo un patrón, que en este caso sería que cada anilla esté amarrada a otras cuatro”, destacó mientras daba vueltas al acero galvanizado. El resultado es una pieza flexible, similar a la tela, que se puede coser a otras partes con más anillas y darle la forma al cuerpo de cada uno. Incluso, se puede llegar a ampliar en función de las variaciones de peso del usuario. “Si te pasas con el turrón en Navidad, se puede ampliar”, añadió este artesano que, con los medios actuales, tarda una media de tres semanas en hacer una cota de malla, pero que, sin embargo, desveló que en la Edad Media tardaban “seis meses en hacer una”, que puede llegar a pesar entre 14 y 16 kilos en el caso de las de adulto, en función del tipo de anillas que se empleen.
Por las callejuelas del mercado berangoztarra también se pudo ver al hombre orquesta, Pedrito Onewheel, que ambientó la feria, al igual que los grupos de música Dakka Nakhil o Almahan, entre otros. Espectacular fue también la caracterización del grupo aragonés de folk vikingo Barzonia. Además, también se ofrecieron espectáculos de fuego, cuentacuentos, talleres artesanales, fraguadores, picapedreros y otros oficios más, distribuidos entre una amplia oferta gastronómica en la que destacaron productos como las gominolas, mermeladas, chocolate y las cerezas del Jerte, todo un clásico de este mercado.
Por último, hoy volverá a abrir sus puertas en horario de 11.00 a 14.30 horas y de 17.00 a 20.00 horas.