Los farmacéuticos de Bizkaia han manifestado que los errores en la dispensación de medicamentos son “absolutamente excepcionales”, tras la investigación abierta por la Ertzaintza por la muerte de una mujer de edad avanzada que ingirió una medicación que no le correspondía.

Según ha informado el Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, la Policía ha abierto este procedimiento a instancias judiciales. Podría tratarse, en su caso, de un delito de homicidio profesional imprudente, según han precisado las misma fuentes.

El director técnico del Colegio de Farmacéuticos de Bizkaia, Juan del Arco, defiende que los errores en la dispensación de medicamentos en las boticas son “absolutamente excepcionales”, más aún los que derivan en problemas graves de salud. “En toda mi trayectoria profesional, y llevo 35 años trabajando, nunca he tenido un caso de error de dispensación con consecuencias graves para la salud de nadie”, señala.

Eso sí, el profesional reconoce que el riesgo cero no existe, ya que “los que ejercemos profesiones sanitarias somos personas y nos podemos equivocar, con la diferencia de que en caso de error puede tener consecuencias más graves”, aunque las farmacias cuentan con medidas de seguridad para tratar de minimizar ese margen. Una primera fase, cuando el farmacéutico recibe la receta, la revisa y se selecciona y entrega el medicamento, “que es un acto profesional”, y una segunda cuando la farmacia realiza, en la mayoría de los casos al final de la jornada, una revisión de las recetas -de los cupones de precinto de cada caja para ser exactos- con el objetivo de comprobar que lo que se ha dispensado corresponde con lo que se ha prescrito. “No podemos garantizar que nunca se va a cometer un error, pero lo que tenemos que hacer, y hacemos, es poner todas las medidas que sean necesarias para reducir al mínimo el riesgo de cometer errores. Y para eso es imprescindible actuar con rigor y serenidad”. Apunta que una alta carga asistencial, como la que se produce por ejemplo en pleno pico de gripe -los hechos ocurrieron al parecer a finales de diciembre en una farmacia que estaba de guardia-, también puede afectar, “como en cualquier ámbito”, a la atención que se puede prestar a cada botica que se entrega.

Del Arco advierte de que hay que ser “prudente” a la hora de valorar lo ocurrido, ya que de momento, al encontrarse en fase de investigación por parte de la Ertzaintza, “no hay ningún hecho probado”, por lo que no se atreve a aventurar qué es lo que ha podido ocurrir para que se entregara el medicamento equivocado. Ni siquiera se sabe, hasta ahora, si la ingesta de esa botica está relacionada con el fallecimiento. “No sabemos lo que ha pasado, no se ha demostrado que haya habido un error con esas consecuencias”, señala cauteloso el farmacéutico.