En solo seis años, las denuncias por agresiones sexuales se han más que duplicado en Bizkaia. De las 124 interpuestas en 2016 se ha pasado a 274 de 2022. Y, tristemente, 2023 marcará un nuevo récord histórico: a falta de cerrar las cifras definitivas, solo hasta el mes de noviembre se conocieron 291 ataques.

“Es una realidad que sería insoportable con un único caso pero en Bizkaia se registran cientos al año”, lamentó ayer la diputada de Empleo, Cohesión Social e Igualdad. Y, lo que es peor, con una tendencia alcista que no para de acentuarse. Si entre 2005 y 2016 el número de denuncias había experimentado oscilaciones entre los 119 y los 170 casos al año en el territorio, desde ese ejercicio la cifra no ha hecho más que crecer, con la única excepción de 2020 y 2021, cuando todavía las limitaciones de movilidad para frenar el embate del covid todavía estaban vigentes. Las 235 denuncias de 2019 descendieron al año siguiente a 172, pero a partir de ahí el ascenso ha sido imparable: a 224 en 2021 y a 274 en 2022. Un 22,3% más y más del doble que seis años antes.

Las cifras oficiales todavía no están cerradas pero ya solo hasta noviembre, en Bizkaia se habían interpuesto 291 denuncias, o, lo que es lo mismo, seis de media cada semana. Un nuevo récord histórico tras ese ascenso del 17,18% respecto al mismo periodo del año anterior. “Nos siguen creciendo las cifras. Y esto es lo que nos muestran las cifras ofrecidas por los cuerpos policiales y lo que conocemos, que puede ser que solo sea la punta del iceberg”, apuntó Laespada. Y es que la diputada de Empleo, Cohesión Social e Igualdad hizo una lectura de que, detrás de este incremento, puede haber varias razones. La primera, admitió, es que “netamente, en sí, está habiendo más agresiones sexuales, con un incremento claro”, un hecho que vinculó “al mal entendimiento de lo que significan las relaciones sexuales, la pornografía extremadamente visible para niños en edades muy tempranas y todo lo que la juventud está entendiendo como relaciones sexuales cuando no lo son”. Detrás de ello se esconde el “mal control que estamos haciendo de internet”, algo que, a su juicio, “merece una reflexión social para ver cómo vamos a abordar esta cuestión”. En este sentido, destacó la intención del Gobierno español de tramitar un ley estatal contra el acceso a la pornografía de los niños y niñas, “porque es un elemento imprescindible. No será solo esa la educación, habrá que trabajar también en educación, pero es un punto importante”.

Pero también, apuntó, influye una mayor sensibilización a la hora de identificar comportamientos que suponen un ataque a la libertad sexual de las mujeres y que hasta hace muy poco tiempo no se identificaban como tales. “Estamos poniendo nombre a lo que hasta ahora nadie sabía que era una violación. Cuando las relaciones se daban entre la pareja, parece que no era violencia sino el débito conyugal, y hemos empezado a decir que si tú no quieres es una violación. O cuando una chica está en un tren y la tocan, ahora sabemos que es un abuso sexual”.

3 de cada 10 víctimas, menores

Detrás de estos números globales existen datos igual o más terroríficos aún. Las víctimas registradas policialmente son mujeres muy jóvenes y cerca de la mitad -un 47,2% en 2022- no pasa de 20 años; entre ellas hubo 93 menores de edad. Lo que es lo mismo: tres de cada diez víctimas de agresiones sexuales tenían menos de 18 años. El Observatorio de la Violencia Machista de Bizkaia no recoge, sin embargo, la distribución por edades de los agresores, “ya que en un porcentaje muy elevado de casos se trata de un dato desconocido”.

Respecto a su distribución temporal, las agresiones sexuales se agudizan “claramente” durante los fines de semana, con una mayor frecuencia de madrugada, concretamente entre la una y las seis de la mañana. No obstante, Laespada advirtió sobre la violencia que se ejerce sobre niños y niñas en el seno familiar, “que supone una cifra muy importante”. Y, sobre todo, es municipios grandes: casi ocho de cada diez ataques ocurrieron en localidades de más de 25.000 habitantes. “En este grupo, todos los municipios registraron algún suceso y en ellos se recogieron índices que duplicaban la medita territorial”, apunta el informe.