El San Antonio Abad, conocido también como San Antón, más multitudinario y divertido de los últimos años. De este modo celebró en la jornada de ayer miércoles Urkiola el patrón de los baserritarras y protector de los animales. Y es que más de una veintena de mascotas, la mayoría perros, estuvieron acompañados de sus dueños para ser bendecidos. A diferencia del pasado año donde cayeron los primeros copos de nieve, la jornada de ayer miércoles estuvo marcada por las suaves temperaturas lo que provocó una gran afluencia de público. Como viene siendo habitual, el acto principal del día comenzó a las 12.00 horas, con la misa mayor oficiada por el vicario territorial Alex Alonso, en una iglesia repleta de público. Como dicta la tradición, en el alto de Urkiola más de 400 panecillos bendecidos y donados por Garate de Izurtza estaban listos para ser repartidos al final entre los asistentes. Fuera esperaban numerosos animales para la tradicional bendición. Entre ellos, desde Bilbao llegaron Lur, un husky siberiano de ocho meses, y Kira, un collie de cuatro años. “Hace dos años también pude venir. Cuando el trabajo me lo permite me gustar subir a Urkiola con los perros el día de hoy. Es una festividad de toda la vida y es bonito conservar las tradiciones”, explicó el bilbaino Juan Pablo Martínez, en compañía de su hija Naia.

Entre los debutantes de ser bendecidos, Pandora, un schnauzer mini de trece años, y otro ejemplar mediano de dos años, llamado Roma. Acudieron con su dueña Raquel Sainz desde el municipio de Galdakao. “Vine el otro día a pasar la tarde al monte y me comentaron que hoy se bendecía a los animales. Nunca había venido y me apetecía comprobar el ambiente”, explicó la dueña en los soportales de la iglesia.

Primera experiencia también para la getxotarra Mireia Tapia, que acudió con su gata Pepa de siete años. “Cuando se siente amenazada defiende su territorio. Esperemos que el párroco no sufra daños cuando le eche el agua”, bromeó su dueña con el felino en brazos.

Satisfecho con la experiencia del año pasado, quiso volver en compañía de Lur, un pequeño perro de tres años, el mañaritarra Cándido Inzunza. “El año pasado también le traje y aquí estamos otra vez. Es muy bueno; me hace mucha compañía”, aseguró con cariño su dueño mientras acariciaba al animal.

Las mascotas fueron numerosas ayer en Urkiola. K. DOYLE

Pero no solo fueron visitantes de Durangaldea los que participaron en la celebración. Algunos no dudaron en desplazarse desde más lejos. Fue el caso de Karmele y Javier, matrimonio de Donostia, que acudieron con Brandi, un bichón maltés de nueve años. “De pequeña venía mucho a Urkiola con mis padres. Teníamos ganas de volver y dijimos que una vez nos jubilaramos teníamos que subir y aquí estamos. Hemos cumplido con nuestra promesa”, explicó el matrimonio donostiarra.

Un burro y una cabra

Un año más, uno de los grandes protagonistas fue Perico, un burro que vive a pocos metros del Santuario, junto al restaurante Landajuela. Este año el animal portaba encima a Fly, un yorkshire que acudía por segundo año y a Sisi, un pequeño gato que se estrenaba. La particular expedición la completaba Cristiano, una cabra que llegó al santuario en su remolque. “Gracias a mi encargado Gorka que me ha dado el día libre para traer a todos”, valoró agradecido Adriano Ferreira, junto a todos los animales.

La música y el buen ambiente durante toda la jornada también lo pusieron Etxebarria Aita-Seme trikitilariak que llegaron desde Arrankudiaga. “Nosotros también venimos a bendecirnos”, bromearon Koldo y Unai con sentido del humor.

La programación para rendir tributo a San Antón regresará el próximo domingo con misa mayor en el santuario de Urkiola.