Un chico corre por la plaza de San Severino con el periódico en la mano. El 18 de julio de 1936 ha estallado un golpe militar contra el gobierno de la República. El mismo chico levanta el segundo cómic publicado por Balmaseda 1937, dedicado al conjunto de Enkarterri tras el primero que se ciñó a la villa. Entre la primera y la última de las 250 viñetas dibujadas por César Llaguno en 72 páginas mediaron la Guerra Civil, la dictadura y el “terror”, como definió Mikel de la Fuente, miembro de la asociación memorialista, durante la presentación. La continuación del proyecto surgido en 2020 permitirá a la juventud conocer más episodios por los que hasta el despertar de proyectos de memoria histórica, en gran medida a raíz de la conmemoración en 2017 del ochenta aniversario de la caída de Enkarterri en manos franquistas, se había pasado como de puntillas.

Al analizar la Guerra Civil “la mayoría de los estudios saltan de la caída de Bilbao a Santoña”, señaló Zunbeltz Matabuena, olvidándose del último frente de Bizkaia castigado por bombardeos –cuyos aniversarios se conmemoran estos días en Alonsotegi o Zalla– y recibió a miles de refugiados llegando a acoger la sede de ayuntamientos desplazados, como Bakio.

Además, cuando se reparta el próximo curso 2023-2024, los estudiantes descubrirán, “una declaración de la República anterior a la de Eibar, a Alejandro Goicoechea, quien “traicionó al Gobierno vasco y la República al entregar los planos del Cinturón de Hierro a los sublevados”, que vivió en Balmaseda contratado por La Robla, a una víctima de los experimentos del doctor muerte en Mauthausen, a un espía de la Gestapo, el episodio de maquis más importante de la postguerra en Euskadi y a un torturado por Melitón Manzanas”, entre otros personajes y acontecimientos.

La asociación Balmaseda 1937 ha redactado los textos que acompañan a las imágenes, basadas en “250 posibles fotografías”. “No es fácil guardar la continuidad visual teniendo en cuenta que transcurren décadas”, confesó Matabuena. Además, “no dejaba de aparecer nueva información”, añadió el ilustrador balmasedano César Llaguno.

José de los Heros fue alcalde de Balmaseda durante la contienda. “Se dedicó a todo tipo de obras civiles, para lo cual montó una serrería precursora de la industria del mueble en Balmaseda”, narra el cómic. Él sugirió el camposanto construido en el núcleo zallarra de La Herrera para el tío de su mujer como lugar de descanso provisional para Sabino Arana ante la cercanía de los franquistas a Sukarrieta, donde se le había dado sepultura. La ubicación del escondite “no se desvelará hasta cincuenta años más tarde”.

Como años perduraron las secuelas del conflicto a través de la represión política y cultural y el sometimiento de la mujer. Aunque la historia no se detiene tanto en ellas, Balmaseda 1937 ha querido recordar, por ejemplo, a la artista Mari Dapena, la escritora Josefina Bolinaga, “integrante de la Generación del 27 y Premio Nacional de Literatura en 1934 con su libro infantil Amanecer”. Con Franco en el poder “fue sistemáticamente censurada hasta que, para sobrevivir, se vio obligada a aceptar escribir cuentos que ensalzaban los valores del régimen” y vecinas humilladas y encarceladas por defender sus derechos. Muerto el dictador, la obra repasa también la reinstauración democrática o el atentado en el bar Aldana de Alonsotegi en 1980.