El comercio Pedro Salcedo cumple 125 años, una conmemoración que le convierte en uno de los pocos establecimientos centenarios que siguen en pie en la el Casco Viejo, junto a la catedral de la capital bilbaina. Ubicado desde sus orígenes en la calle Tenderia, aunque no en el mismo emplazamiento que hoy, el comercio ha sido desde sus inicios todo un referente en el vestir del hogar, lo que le ha permitido ser artífice directo de la decoración de los hogares de cientos y miles de bilbainos y vizcaínos durante el último siglo.
Salones, habitaciones, baños, cocinas… de antes y de ahora llevan el sello Pedro Salcedo en infinidad de artículos. Sábanas, toallas, mantas, manteles y alfombras son algunas de las piezas que se pueden encontrar en el comercio, sin olvidar su principal estandarte, las cortinas. Su producto estrella, al ofrecer todo tipo de modelos y tejidos fabricados a medida.
Pero si hay una cosa que diferencia a este comercio del resto es su trato personalizado, una vocación que nace con el único objetivo de satisfacer al cliente, de darle los mejores consejos y asesoramiento en cuanto a cómo vestir el hogar.
Diferentes gerentes
A lo largo de su historia, la gerencia del establecimiento también ha estado en manos de diferentes gestores. Si nos remontamos a los orígenes, Pedro Salcedo padre fue el responsable de ponerlo en marcha, mientras que hoy está en manos del matrimonio formado por Ludy Fernández y Diego Muñoz.
Concretamente, estos últimos celebran este mes de mayo sus primeros 6 años al cargo de la gerencia, un periodo en el que se han esforzado en mantener toda la esencial del comercio pero adaptándose a los tiempos y a las nuevas tendencias del mercado. No obstante, en el caso de Ludy, su vida laboral está unida a Pedro Salcedo desde muchos años antes, exactamente 35, cuando comenzó a formar parte de su plantilla.
Con una clientela fiel entrada en años, el propósito actual de Ludy es atraer a los más jóvenes, un esfuerzo que en su opinión “cuesta”, ya que mucha gente joven no tiene tan en cuenta la calidad y busca productos más económico.
Momentos para el recuerdo
Durante su largo siglo de existencia, el comercio ha afrontado situaciones muy complicadas, aunque sin duda, las inundaciones de 1983 siguen estando en el recuerdo de todos como uno de los momentos más dramáticos. Si en principio se pensó en que era podía ser el final del comercio, tras las inundaciones Pedro Salcedo reabrió sus puertas con más ganas y totalmente renovado.
La crisis de 2008 fue otro de esos momentos que no se olvidan, y por supuesto, la pandemia, de la cual Ludy tiene recuerdos muy recientes. "Si bien la época del confinamiento fue de gran incertidumbre, cuando se permitió salir la clientela respondió muy bien, y pudimos equilibrar las pérdidas", explican desde la gerencia.
Es ahora, en la época postcovid, cuando Ludy Fernández se muestra muy cauta ante la situación que se vive. "Hay muchas ganas de salir, de divertirse, de planes de ocio, pero desde Semana Santa el consumo en sectores como el nuestro ha caído muchísimo", puntualiza.
A pesar de que tiene en mente incorporar a la plantilla a un trabajador más, destaca que el dinero se mueve en otros sectores, y que el cliente cada vez compara más los precios a la hora de adquirir algún artículo. Pese a ello, saben que la calidad de sus artículos ha sido y sigue siendo un referente del comercio, por lo que tienen muy claro que van a seguir en esa línea. "La calidad de nuestras piezas va a estar siempre garantizada", argumentan.
Renovación de artículos
Con el fin de estar de plena actualidad, la oferta de artículos incluye nuevas piezas como paños con la baldosa de Bilbao o la imagen de un Eguzkilore, así como una gran variedad de cojines con diseño actualizados, productos que resultan perfectos para convertirse en regalos o reclamos turísticos de la capital.
La línea de artículos del Athletic nunca defrauda, y por ello Pedro Salcedo ha incluido entre su oferta mantas, edredones, toallas...
Cortinas
Es uno de los apartados de mayor reconocimiento. La oferta de estilos y tejidos es de lo más variada, una confección a medida que además, en el caso de las cortinas a tablas o fruncidas, es gratuita. A la confección hay que añadir también la calidad de los mecanismos, lo que hace posible la elaboración de cortinas de gran resultado y durabilidad.
