Desde hace varias semanas, los sobres que la biblioteca de Muskiz emite dentro de la política de intercambio de libros con otras trincheras vascas del conocimiento llevan impreso un sello realizado en una de sus impresoras 3D que reproduce uno de los quechemarines –barcos de cabotaje venaqueros– que aparecieron grafiteados en la puerta de la iglesia medieval de San Julián de Musques. Un sello nacido tras llevar a cabo la digitalización del catálogo elaborado por la ferrería de El Pobal sobre los grafitos marinos aparecidos en una de las puertas de este templo, desde cuya colina se controlaba el puerto de Lavalle.

Un detalle que puede parecer baladí, pero que entraña cuando menos dos consideraciones: la asunción de las nuevas tecnologías como un elemento colaborador en la labor de difusión e investigación de nuevas ofertas creativas, no exclusivamente literarias, y la promoción y divulgación de la historia y cultura locales que tienen mucho que ver con el espíritu abierto de los responsables de esta librería que ha editado ya varias obras, digitales disponibles en el catálogo bilbliográfico vasco.

Empeños, proyectos y propuestas que este año han sido reconocidas con el premio estatal María Moliner por su proyecto aglutinado bajo el sugerente título Si tú me dices ven, cogemos todo ,que ha transformado la manera de entender la cultura en Muskiz con la fusión de talleres de cuentacuentos, charlas, presentaciones de libros, lectura fácil, taller de biblioterapia o comic y la colaboración activa con los centros educativos, ONG y asociaciones de la localidad.

Espacio multidisciplinar

Un arsenal de conocimiento compartido que ocupa la segunda planta de la Kultur etxea muskiztarra que, por momentos, es sala de exposiciones temporales de variadas muestars de arte, consultorio paramédico –genial su sección de biblioterapia supervisada por el centro de salud local–, sala de conferencias, laboratorio 3D y por supuesto un espacio donde niños, jóvenes y mayores disfrutan de la lectura con sus cerca de 30.000 reseñas bibliográficas.

Fernando Juárez Urquijo, Inma García Contreras y Aiala Cítores Garmendia forman un equipo que ha convertido la biblioteca en un templo del entendimiento en el que prima una actitud proactiva y empática con los deseos y necesidades de sus usuarios. “Cuando entra una persona en la biblioteca no nos preguntamos qué nos va a pedir, y aquí el catálogo es amplio más allá de un libro concreto, sino lo que nos va a dar, nos va aportar con su demanda, con sus preguntas o sus propuestas. Este es un compromiso claro que nos lleva a desarrollar proyectos e iniciativas que muchas veces surgen de las inquietudes de nuestros usuarios”, resalta Fernando Juárez, quien reconoce que el premio María Moliner “es un buen altavoz para que los vecinos de Muskiz, sobre todo los que no son usarios habituales de la misma se sientan orgullosos de su biblioteca y la vean como un recurso cultural que siempre está ahí a su disposición”.

En este sentido, Juárez y su equipo plantean que para ellos el 23 de abril es “el día del no libro porque aquí el día del libro lo son todos los días del año”. Aun así, en el marco de esta efeméride Muskiz ofrece a sus vecinos la posibilidad de dar la vuelta al mundo en ochenta lecturas emulando al clásico de aventuras. Pasen y lean.