El remonte de la actividad en el aeropuerto de Bilbao sigue constante después de superar la crisis aeronáutica provocada por la pandemia de covid. Tanto que, según los datos aportados ayer jueves por Aena, el gestor de los aeropuertos del Estado, durante el primer trimestre de este año el número de pasajeros atendidos en la terminal aérea de Loiu ha superado en un 62% los que pasaron por La Paloma en el mismo periodo del pasado año.

Un incremento espectacular pero hay que tener en cuenta que durante el primer trimestre de 2022 todavía permanecían activas varias restricciones como consecuencia de la mencionado periodo sanitario que afectaron al desarrollo de conexiones aéreas entre el aeropuerto de Bilbao y otras ciudades del Estado y Europa.

Si comparamos las cifras recogidas en los tres primeros meses del año, un total de 1.120.048 viajeros, con los datos del mismo periodo de 2019 casi se repiten, es un 0,1% menos. Y eso que en el pasado mes la infraestructura vizcaina movió 431.540 pasajeros, lo que implica perder algo más del 2% del tráfico de marzo de 2019.

En cuanto a los flujos de viajeros con respecto a sus destinos y orígenes, el tráfico doméstico crece un 6,9% frente al primer trimestre de 2019, hasta 748.225 pasajeros. Los viajeros internacionales se recuperan un 88% respecto al mismo periodo de 2019, con un volumen total de 369.304 usuarios.

Más pasajeros implican también más movimientos de aeronaves a pesar de que la entrada de nuevos aviones más grandes también afecta a un número menor de aterrizajes y despegues.

Operaciones aéreas

Así, las operaciones también mostraron un tono positivo en el arranque del presente ejercicio. Entre enero y marzo los movimientos de aterrizaje y despegue fueron 9.885, lo que implica una recuperación del 90% respecto al mismo periodo de 2019, y un incremento del 34,4% en comparación con 2022.

Con estos datos y los augurios previstos para este verano, el de mayor crecimiento en cuanto a vuelos, rutas y asientos ofertados, el impulso al alza del aeropuerto de Bilbao ya es imparable. Una buena prueba de ello serán los datos que se acumulen a lo largo del presente mes de abril por los intensos movimientos aéreos que se han originado como consecuencia de las vacaciones de Semana y de Pascua.