Tres décadas después de que estampara su firma al pie del mural de la ermita de Santa Bárbara en La Reineta, el pintor sestaoarra Ángel Aja volvió a subirse a una escalera para retocar algunos de los rastros que el tiempo y la meteorología habían dejado en esta obra realizada junto al insigne pintor Ismael Fidalgo. El artista fue una de las figuras preeminentes de la denominada escuela de la Babcock Wilcox a la que también perteneció el zierbanato Marcelino Bañales a quien solo su muerte prematura a los 48 años, privó de colaborar en este proyecto impulsado por el entonces párroco de Trapagaran Javier Txaber Gaztelu.

Una alegoría al óleo de la industria de la minería que, gracias al Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco, Artium Museoa, ubicado en Gasteiz, va a tener una proyección destacada al estar incluida en la reordenación de los fondos permanentes de la pinacoteca que se presentarán al público el próximo viernes 31 de marzo, “No sabía nada de la intención del Artium de exponer esta obra que nace de un intento artístico por reflejar la historia de la minería en esta comarca de Meatzaldea”, significa Aja tras conocer de mano de la directora del Museo de la Minería del País Vasco, Haizea Uribelarrea, la invitación cursada por Artium al museo de Meatzaldea para poder contar en la exposición con el boceto sobre tabla que ambos artistas realizaron en 1991.

Uribelarrea con el boceto. Emilio Zunzunegi

Un boceto que posteriormente quedaría plasmado en el hall del templo trapagarandarra aunque con alguna modificación como la aparición de algunas infraestructuras mineras de Ortuella que eliminaron a unos mineros que si aparecen en la tabla de 1,30 por 0,90 centímetros que desde mayo de 2000 se guarda en el Museo de la Minería del País vasco de Gallarta. “El boceto es muy laborioso ya que para hacerlo nos fijamos en varias referencias como la escultura que hay en San Pedro de Galdames en homenaje a Jose Mª Martínez de las Rivas, fundador de La Naval, o diferentes paisajes de la zona minera guardados en diapositivas que fuimos superponiendo”, relata Ángel Aja, también pintor del grupo de Babcock, empresa que finalmente fue la que patrocinó el mural con una dotación cercana a las 400.000 pesetas de la época.

“Artium ha llevado a cabo una reordenación de sus fondos que pretende operar como un espacio en el que se recogen y desarrollan investigaciones producidas en el marco de las exposiciones temporales, que se inicia a mediados de la década de los 50 y llega hasta nuestros días. La muestra toma como punto de partida de un posible relato de la modernidad y el desarrollo de un arte comprometido con la situación de los trabajadores y opuesto abiertamente a la dictadura franquista como es el de los artistas en torno a Estampa popular de Vizcaya o el modo en el que este arte nuevo se encuadró dentro y fuera de Euskadi”, explica Uribelarrea. Con la muestra, que estará abierta hasta junio de 2024 se ha buscado también romper con las cronologías y se proponen continuidades de obras actuales que ayuden a resignificar y contextualizar esas obras de un pasado no tan lejano.

Para la directora del Museo de la Minería del País Vasco “es un auténtico honor el que una pinacoteca tan importante como el Artium de Gasteiz se haya fijado en el arte mural que se ha desarrollado en la zona minera. Nosotros somos depositarios desde hace más de una década de la tabla que utilizó Fidalgo para el boceto que posteriormente él y Ángel Aja trasladaron a la pared de la entrada del templo de Santa Bárbara en el barrio de La Reineta en Trapagaran y que se podrá ver en Artium Museoa”.