El alcalde de Zalla, Juanra Urkijo; el teniente de alcalde, Kepa Lambarri y una técnica del Ayuntamiento de Zalla están a disposición de los vecinos de Aranguren para escuchar sus inquietudes y sugerencias sobre las obras ferroviarias que suprimirán 1,4 kilómetros de vía de la línea Bilbao-Balmaseda y doce pasos a nivel y de defensa contra inundaciones. Para ello, se ha establecido un horario de atención individualizada los lunes y miércoles entre las 11.00 y las 13.30 horas en el Arangune.

“Vamos a construir sobre algo que se puede hacer, viene con financiación y va a solucionar muchos de los problemas de Aranguren. Es una oportunidad única y nos toca liderar”, sostiene el alcalde de Zalla. En octubre y enero tuvieron lugar sendas reuniones para detallar cómo cambiaría Aranguren en base a lo que plantean la Agencia Vasca del Agua, Adif y el ministerio de Transporte, que en verano firmaron un convenio con el Ayuntamiento.

El proyecto de las actuaciones hidráulicas salió a información pública el 23 de enero con treinta días hábiles para formular alegaciones, mientras en lo que respecta al tren, todavía no se ha abierto este trámite. El Consistorio calcula en 31 millones de euros la inversión en todas las actuaciones planteadas.

La ciudadanía había expresado su preocupación sobre las posibles afecciones para propiedades particulares derivadas de la construcción de una carretera, así como la creación de un paso subterráneo propuesto para evitar cruzar las vías de la línea Santander-Bilbao. Al derivarles el tráfico del trayecto entre Bilbao y Balmaseda multiplicarían por seis el la circulación de trenes. Representantes del ministerio de Transporte explicaron que contará con “accesibilidad adecuada, con ascensores a ambos lados y dimensiones aceptables”.

“Más que una consulta”

La regeneración de Aranguren también ha llegado al pleno, donde Zalla Bai solicitó la convocatoria de una consulta popular, ya que “cunde la incertidumbre entre la ciudadanía y hay que ser cuidadosos con las implicaciones del proyecto en el día a día, los cambios urbanísticos son de tal calibre, son de tal envergadura, que los vecinos deberían poder opinar”, según expresó el portavoz de la plataforma vecinal, Joseba Zorrilla. EH Bildu se posicionó en el mismo sentido. El equipo de gobierno de PNV y PSE lo rechazó en la votación argumentando que el proceso participativo individualizado que llevarán a cabo implica “mucho más que depositar una papeleta en una urna”, en palabras del alcalde de Zalla.