Es de sobra conocido que el cambio climático “supone una amenaza creciente e inevitable para los estuarios de todo el mundo”. La ría del Oka, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, no está exenta de ese riesgo. El Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma que los sistemas costeros experimentarán “cada vez más impactos adversos” relacionados con el clima, unos impactos agravados además “por las presiones inducidas por el hombre”. A la vista de que esos fenómenos implicarán profundos cambios, las administraciones llevan años analizando sus efectos en la costa vasca. Y Urdaibai, espacio propicio para la experimentación en cuanto al equilibrio entre actividades humanas y la preservación de la biodiversidad natural, va un paso por delante en la materia. De hecho, el centro tecnológico AZTI, que tiene una de sus bases precisamente en la isla de Txatxarramendi, en Sukarrieta, ha desarrollado un estudio para la modelización de la respuesta del estuario del Oka ante la nueva coyuntura.

Lo han hecho en previsión a lo que se avecina incremento del nivel del mar y sedimentación acumulada en la zona alta de estuario “y teniendo en cuenta la necesidad cada vez más apremiante de garantizar la resiliencia del entorno natural de los estuarios y sus alrededores”, que precisamente son los eslabones más débiles en cuanto al impacto del cambio climático. El estudio “evalúa cómo los hábitats y las comunidades del estuario podrían verse afectados a lo largo del próximo siglo. El informe, realizado en el marco de un programa de planificación de la adaptación de los estuarios vascos, forma parte del proyecto Okaklima patrocinado por Ihobe a través de la iniciativa Klimatek 20-21, y cuenta con el apoyo del proyecto LIFE IP Urban Klima 2050, y la colaboración de la Universidad de Southampton y la Dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno vasco”. Según han asegurado, para la realización del citado estudio “se ha elaborado un sistema de modelización para simular la respuesta morfológica del estuario del Oka al cambio climático”. Así, el modelo “permite examinar tanto el cambio a corto plazo (tormentas, estacional, anual), como los cambios a largo plazo (de décadas a eones)”.

El documento que Azti elabora “se centra en la respuesta a largo plazo, y ha tenido en cuenta la respuesta del estuario a los cambios en el pasado como la apertura de una marisma que fue drenada a principios del siglo XVIII”. No en vano, la de la ría de Urdaibai es una marisma dinámica y cambiante, cuya imagen varía con el paso de los años. Solo hay que echar un vistazo a los profundos movimientos de arena que experimenta la playa de Laida, en Ibarrangelua, ubicada en plena bocana de la ría. Kilómetros aguas arriba, en la confluencia entre las localidades de Gernika, Forua, Gautegiz Arteaga o Kortezubi, la marisma genera amplios espacios fangosos enormemente influenciados por las mareas. Muchas de ellas desecadas al haber sido convertidas en pastizales para el ganado, durante los últimos años se viene actuando para la apertura de munas o la eliminación de polders y así volver a inundarlas. Es, por ejemplo, el caso de las marismas de Orueta, en Gautegiz Arteaga, donde los esfuerzos por su renaturalización han dado positivos resultados. La zona se ha llenado con la presencia de aves de diferentes tipologías.

Afecciones

Pero aún queda mucha tarea, al menos a la vista de los recientes datos aportados por el programa Kostaegoki de Ihobe. En el mismo, en su apartado de análisis de riesgo y vulnerabilidades, apunta que “la superficie en riesgo de inundación costera” en Euskadi “se incrementaría aproximadamente en un 12% en 2050 y entre un 24% y un 59% en 2100, pasando de unas 1.700 hetáreas en la actualidad a aproximadamente 1.900, 2.100 y 2.700 ha respectivamente·. Y señala cuáles serán las localidades vascas más afectadas, entre ellas dos ubicados en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. “Los municipios con más hectáreas inundadas serían Hondarribia y Gautegiz-Arteaga con algo más de 210 hectáreas afectadas en el escenario más pesimista”. “Sin embargo, en términos porcentuales y respecto al total del municipio, destaca Murueta con más del 25% de su superficie en serio riesgo, “así como Sestao y Gautegiz-Arteaga (alrededor de un 15%)”.

“Para predecir la respuesta futura del estuario, se han realizado simulaciones con un aumento exponencial del nivel del mar utilizando escenarios obtenidos a partir de las últimas proyecciones del IPCC”, han explicado desde Azti. Pero existiría una realidad palpable: “la tasa de sedimentación en las marismas del estuario será menor que el ritmo de la subida del nivel del mar bajo dichos escenarios. En consecuencia, el tiempo de inundación en la zona actual de las marismas aumentará, lo cual repercutirá en la viabilidad y distribución de las especies que componen esta comunidad vegetal”.