Desde 2008, la Diputación Foral de Bizkaia ha instalado más de 30 kilómetros de pantallas acústicas para aliviar el ruido que sufren las personas que viven junto a una carretera. Sin embargo, y pese a los cinco metros de altura que pueden llegar a alcanzar, estas medidas poco o nada ayudan a los vecinos de los pisos más altos, donde el aislamiento acústico de las propias viviendas resulta más efectivo. Por ello, desde 2020 la institución foral ha concedido ayudas para que casi 75 viviendas sustituyan sus ventanas por otras más aislantes.

El departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial lleva décadas trabajando para minimizar las molestias que provoca el tráfico generado en las carreteras del territorio en los edificios que se levantan en sus cercanías. Desde entonces, se ha actuado en varios frentes: colocando pavimentos que generan menos ruido, limitando la velocidad de circulación, desviando el tráfico de los núcleos urbanos mediante la construcción de variantes... Quizá la más conocida y visual es la colocación de pantallas acústicas que limitado la propagación del ruido de la carretera hacia las viviendas ubicadas junto a ellas. Solo en la autopista A-8 hay instalados más de 16 kilómetros de pantallas sonoras, a los que se suman otra veintena colocados en el resto de la red viaria.

Sin embargo, esta medida correctora está prácticamente agotada, salvo casos puntuales, debido principalmente a su escasa eficacia, la dificultad técnica de su instalación o problemas de diseño y encaje urbanístico. No es tan fácil instalarlas junto a carreteras que atraviesan núcleos densamente poblados y, además, aunque benefician a los pisos inferiores, no resultan eficaces en los pisos más altos, donde sus vecinos siguen oyendo el tráfico, sobre todo en horario nocturno.

Por ello, desde 2020 se ha optado por actuar en las propias viviendas, mejorando el aislamiento acústico de las estancias más sensibles, como pueden ser los dormitorios y los salones, subvencionando el cambio de ventanas por otras más aislantes.

De esta forma, cada año se determinan las viviendas en las que se van a realizar estas actuaciones de mejora. Durante el año 2020, cuando se puso en marcha el proyecto piloto de este plan de acción para la mejora de la calidad sonora de las carreteras de Bizkaia para los siguientes cinco años, se actuó en tres edificios, en quince al año siguiente y en otros tantos este ejercicio. Así, hasta la fecha se han subvencionado obras de mejora del aislamiento acústico en un total de 63 viviendas, correspondientes a los citados edificios, y se estima que para finales de este año el número se elevará hasta las 75. En total, el importe de las subvenciones otorgadas hasta la fecha asciende a 367.275,29 euros.

620 EUROS POR METRO CUADRADO

La estrategia se ha puesto en marcha a través de subvenciones, de tal manera que las obras las ejecuta el propietario de la vivienda y posteriormente la Diputación abona el 100% del coste de los trabajos, con un límite máximo por metros cuadrados de ventana sustituida, que se ha ido incrementando desde los 600 a los 620 euros por metro cuadrado. Estas subvenciones no se otorgan de forma automática, sino que es una empresa acreditada la que determina si debe mejorarse el aislamiento acústico de cada vivienda o no, y en qué estancias debe realizarse esta mejora, teniendo en cuenta criterios técnicos.

Al detalle

  • Los primeros. El nuevo plan para atajar el ruido de las carreteras se puso en marcha en 2020, a través de un proyecto piloto en tres bloques de viviendas de Barakaldo y Leioa: Etxatxu, 39 y Albéniz, 14, en el primer municipio, e Iturribide, 17, en el segundo.
  • Este año. Este ejercicio 2022 las ayudas se han destinado a viviendas de Leioa (en los portales 2a, 22, 24 y 44 de la calle Iparragirre; 7, 15 y 24 de Estartetxe, y 2 de Mendibil), Bilbao (números 1 y 2 de la calle Filomena Baldezate, 12 de Camilo Villabaso y 27 de la carretera Zorrotza-Kastrexana), Barakaldo (1 de la calle Galtsua y 6 de Norberto Acebal) y Getxo (número 30 de la calle Bizkerre).
  • Criterios. Para determinar el orden en el que se van realizando las actuaciones se ha establecido un índice de prioridad para cada edificación, atendiendo al número de personas expuestas a niveles que superan los objetivos de calidad acústica en periodo nocturno (que se sitúa en 55 dB) y los niveles de ruido a los que está expuesta dicha población.