Desde hoy, 9 de noviembre, y hasta el próximo viernes, la plataforma BIA, Bilbao Bizkaia Architecture de la Delegación en Bizkaia del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN), organiza una nueva edición del Congreso profesional de la bienal Urban Regeneration Forum del BIA 2022, que en esta ocasión se celebra en modelo híbrido, con actos presenciales y también vía streaming

¿Cuáles son los retos propuestos en esta edición?

Son dos grandes temas los que se proponen en esta edición: por un lado, la regeneración de barrios, es decir, la actuación sobre la ciudad existente, y particularmente en aquellos barrios que tienen déficit en cuanto a calidad de la vivienda, del espacio público y de los equipamientos, que es el caso de muchos barrios construidos durante los años 50, 60 y 70. Esos barrios tienen déficit tanto por el tiempo transcurrido desde su edificación, que requiere actuaciones de renovación, como por la calidad inicial del momento en que fueron construidos, que ya en su momento, en muchos casos presentaban estándares modestos pero que hoy en día no se adecuan a los estándares de calidad que la población espera.

¿Y el segundo?

El segundo tema es el medio rural: cómo actuar arquitectónicamente y urbanísticamente para contribuir a reducir la despoblación de los medios rurales, mejorando la calidad de vida que éstos pueden aportar, incluyendo el acceso a medios de vida, es decir, al empleo, y a los equipamientos, tanto educativos como sanitarios y culturales.  

¿Coinciden con lo retos que tiene ahora mismo la arquitectura urbana en general?

Sí, sin duda. Son dos temas clave del urbanismo y la arquitectura contemporáneos, la actuación sobre los barrios existentes, y sobre el medio rural. En ambos casos es necesario actuar sobre las deficiencias en su medio físico, y en lo que el medio físico garantiza y es necesario elementos, que es el acceso a servicios, a vivienda de calidad, a espacios libres y verdes, a infraestructuras de transporte que permitan la accesibilidad a los lugares donde se llevan a cabo tanto las tareas de la vida cotidiana como las actividades que generan ingresos económicos a las personas y a las familias.

El lema de esta edición Territorios 2030 Lurraldeak: Desberdintasunaren erronka. El reto de la desigualdad, parece muy significativo. ¿Por qué se ha elegido ese lema?

Porque no todo el mundo tiene las mismas oportunidades de acceso a todo lo que acabo de enumerar: vivienda de calidad, transporte, empleo, servicios de todo tipo. Las barreras son de distinto orden para distintos grupos y perfiles de personas: económicas, físicas, derivadas de los roles de género, derivadas de las condiciones físicas y de salud, y por tanto requieren ser abordadas desde la especificidad de las distintas realidades vitales y socio-económicas. No es posible ya un urbanismo pensado en términos de la “media”, que en términos prácticos se traduce por el perfil del varón de mediana edad, que tiene un empleo suficientemente remunerado y buena salud.

¿Es necesario regenerar los barrios urbanos?

Absolutamente. En particular como he dicho los barrios de los años 50, 60 y 70, tanto por la edad de su parque edificado, como por las condiciones y estándares con las que una gran parte de esos barrios fueron construidos en su momento.

¿Y el mundo rural?, ¿qué inconvenientes plantea?

El principal es la limitada accesibilidad al empleo y a los servicios. Esto se puede abordar desde una doble perspectiva. Primero, cuál es el grado de capilaridad posible, y como esa capilaridad se establece, para instalar y/o llevar los servicios y el empleo a las localizaciones rurales. Segundo, cual es el grado de accesibilidad que las localizaciones rurales tienen para acceder a servicios que por su grado de especialización no pueden ser “llevados” al medio rural y por tanto, es necesario garantizar que las personas que viven en el medio rural puedan acceder a ellos, a través de políticas de transporte. 

¿En qué puede beneficiar esa regeneración a las personas?

Mejorando la calidad de la vivienda, la accesibilidad al empleo, a la educación, a la sanidad, a la cultura, a los deportes, y en general a todo aquello que es necesario para la vida cotidiana, y ello en función de las necesidades específicas de distintos grandes grupos sociales que no son las mismas. Se trata de un salto cualitativo con respecto a la manera de hacer urbanismo: pasar de un enfoque principalmente cuantitativo, que es el del urbanismo de la segunda mitad del siglo XX, centrado sobre todo en gestionar el crecimiento de las ciudades, a un enfoque más específico que considera la diversidad de necesidades de las personas.

¿Los profesionales en la materia pueden influir en este cambio?

Evidentemente. Los profesionales intervienen en el medio físico, son los expertos y conocedores técnicos. Por supuesto, es indispensable también escuchar la voz de las personas no expertas que tienen un conocimiento de sus necesidades desde su experiencia vital.