“¡El número cinco! Ya podéis pasar a recogerlo”, gritaban miembros de la organización desde el escenario micrófono en mano. Balmaseda volvía a desenvolverse ayer en su salsa, la de los concursos gastronómicos que tanto se han echado de menos por la pandemia. Las fiestas de El Carmen entraron ayer en la traca final del fin de semana con un delicioso sabor a marmitako y tortilla de patata. Ocho mujeres de la Cofradía de la Putxera ejercieron de jurado, mientras la agrupación prepara el regreso de las fiestas patronales de San Severino y el torneo que reunirá el 24 de septiembre a treinta vencedores de certámenes de la villa y otros municipios que pugnarán por un trofeo equivalente a la Champions League de las putxeras.

A pesar de que el coronavirus ha demorado la celebración del cincuenta concurso de alubias, pospuesto en dos ocasiones, “no hemos parado: hemos cocinado en actos en Madrid y otras ciudades, catas, hemos aparecido en cuatro programas de televisión y participamos en unas jornadas sobre putxera impulsadas por la Universidad del País Vasco”, repasó el cofrade Javier Lezama, sin quitar el ojo a cuatro ollas ferroviarias que poco a poco iban entrando en ebullición y de las que salieron 120 raciones para ofrecer una degustación. Ayer no contenían alubias, sino otro plato típico de Balmaseda, quizás menos conocido fuera, las patatas con anchoas. Se popularizaron “a raíz de que en los años sesenta viniera a vivir aquí una pareja de Bermeo y la señora lo puso de moda”. Con “un par de horas de cocción en la putxera alcanzan el punto”. Además de los dos ingredientes principales “llevan cebolla, pimiento verde, pimiento choricero, tomate, sal y pimienta”.

“La gente ya tiene muchas ganas de recuperar las fiestas”, así que no importó que la plaza de San Severino se convirtiera en un horno en las horas centrales del día en plena ola de calor, que no casa precisamente con encender las putxeras. De hecho, se batió el récord en el certamen de marmitako con treinta platos, 16 de los cuales se prepararon en la olla ferroviaria. En la Cofradía se dan por satisfechos con este dato, ya que “nos habíamos marcado como objetivo difundir su uso también en El Carmen, es muy versátil y se puede cocinar más que alubias, la porrusalda también sale riquísima por ejemplo”. Asimismo, cataron cuarenta tortillas.

Buscando la sombra

Begoña y su cuadrilla aprovecharon un rincón de sombra para instalar todos los utensilios que necesitaron para preparar “ocho tortillas de patata, cinco de ellas para el concurso y otras tres más que comeremos luego en el txoko, un marmitako en putxera y otro en cazuela”, adelantaban. A las 8.30 horas “ya estábamos aquí para coger un buen sitio”.

La gran mayoría de los grupos se refugiaron en el pórtico del edificio consistorial. Allí, Izaskun, natural de Loiu, y su compañero, de Getxo, “hemos llegado los primeros a las 7.00 horas porque nadie nos quita cuarenta minutos de viaje desde casa”. Con madrugón incluido “no queríamos faltar porque Balmaseda nos encanta, solemos venir al concurso de alubias de San Severino y hay un ambiente excepcional”.

A la organización le llamó la atención el significativo porcentaje de cocineros de otras localidades, pero los balmasedanos tampoco faltaron. Olatz compitió con un marmitako. Arrate y sus amigas ganaron un año “y otro nos clasificamos en tercer lugar”, así que parece que le han tomado la medida. Ayer condimentaron sus tortillas con el toque extra de alegría al ver que “los eventos van volviendo a la normalidad”.

En la edición número 23 de los concursos de El Carmen, la Cofradía de la Putxera asumió el rol de jurado por segunda vez. En el de tortilla tres personas “valoran con hasta cinco puntos presencia visual, estructura y cómo está de jugosa y con un máximo de diez puntos el sabor”, detalló el cofrade Jokin Salaberri. Cinco paladean el marmitako, que calca los criterios del día grande de las alubias el 23 de octubre: se fijan en el aspecto visual otorgando un máximo de cinco puntos y hasta diez para sabor y cocción. “Hemos creado un formato que se podría aplicar en todos los concursos. Para garantizar el anonimato el jurado llega al escenario cuando se han entregado los platos”, contó. Ahora “estamos enfocados al torneo campeón de campeones de septiembre”

Tras la comida popular, numerosas cuadrillas se refrescaron en la bajada de barcas por el río Kadagua. “¡Y nosotros, que elegimos ir de vacaciones a Euskadi para huir del calor!”, se resignaba una familia andaluza. Su recorrido por el casco histórico finalizó frente a la iglesia de San Severino, cuya escalinata presidía la talla de la Virgen de El Carmen.