En las faldas del monte Gorbeia, a 1.119 metros altitud, se celebra cada 31 de julio, festividad de San Ignacio, la santa misa a más altura de Bizkaia. Tiene como escenario la pequeña y singular ermita de Nuestra Señora de las Nieves, asentada sobre un roquedo en el borde de un hayedo. Y es que, por un lado, se cumplen cien años de la construcción, por parte del zeanuritarra Eleuterio Goikoetxea, de este pequeño templo de montaña como complemento al cercano refugio de Egiriñao, del que también fue promotor, y que se inauguró el 9 de julio de 1922.

Antes se celebraba misa cada domingo y festivos. | FOTO: DEIA

Se trata de una sencilla edificación en cemento, a modo de bóveda de cañón, empotrada en una ladera rocosa que mide 3 por 2,25 metros y está cerrada por una pequeña verja de hierro en la que se enmarca la puerta. El entorno del parque natural de Gorbeia en el que se encuentra emplazada y el estar ubicada dentro de una ladera, hacen de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves un lugar único, entrañable y muy querido por fieles, pastores y mendizales. En cuanto a los oficios religiosos, hasta tiempos recientes se celebraba misa todos los domingos y fiestas de precepto en la época de verano, pero ahora solo se celebran en San Ignacio.

Siempre a las 12.00 horas

Así volverá a ser el domingo 31 de julio y, como siempre, a las 12.00 horas. Al igual que en anteriores ediciones, durante la ceremonia al aire libre o misa de campaña “se entonará el himno a la Virgen, Andra Maria Igiñakoa y la marcha de San Inazio, y también se recordará a los mendizales y pastores muertos a lo largo de este año”, avanza Jose Mari Kortazar, párroco de Arratia que, al igual que las últimas doce ediciones, presidirá la misa antes de su inminente traslado, ya como vicario, a Urdaibai y Lea-Artibai, su nuevo destino pastoral. En ese emotivo momento de respeto “tendremos un recuerdo especial para Luziano Artetxe, vecino de Artea, fallecido recientemente, y que nació el mismo año que se inauguró la ermita”, precisa el sacerdote que también adelanta y destaca la participación en la liturgia “de los vecinos de Igorre y Zeanuri, Ekhi e Izaro, nieto e hija de pastores, que este año han celebrado su primera comunión”.

Y este año, gracias a que ya se han eliminado las restricciones sanitarias por la pandemia de covid, tras la entonación de la marcha de San Ignacio, el Ayuntamiento de Zeanuri volverá a ofrecer y deleitar a los asistentes con el típico barrauskari o ligero almuerzo a base de vino blanco y galletas, mientras los txistularis alegrarán el ambiente con su música. Jose Mari Kortazar lo tiene claro: “Habrá misas con más fe o devoción, con más o menos acompañamiento musical, pero en altura ninguna misa de Bizkaia ganará el 31 de julio a la que se celebra en la pequeña ermita de Nuestra Señora de las Nieves o Elurretako Ama”, una fecha y un entorno en el que “cientos de montañeros así como los pastores se juntan en la festividad de San Ignacio para celebrar este oficio religioso y compartir un bocado”, añade el cura.