Para definir los accesos al túnel bajo la ría desde Sestao y Leioa, ha detallado el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, se han comparado más de treinta alternativas en ambas márgenes, lo que ha supuesto"meses de trabajo", con simulaciones de tráfico en horas punta de 2028, anticipando las necesidades de tráfico a futuro y los siguientes años. "Este túnel debe dar servicio el año de apertura y los siguientes; no puede quedarse pequeño desde el punto de vista de su capacidad", ha especificado.

Los criterios para alcanzar el diseño definitivo han sido, en primer lugar, asegurar la máxima accesibilidad posible desde todos los ejes del entorno, "pudiéndose dar cualquier movimiento del entorno. Quien vive en Romo puede acceder al túnel y puede salir de él y quedarse en Romo, y lo mismo alguien de Sestao. Todos los movimientos posibles están contemplados", ha explicado el diputado foral. También se ha perseguido minimizar la afección en el entorno, especialmente en los espacios más sensibles a proteger, sobre todo en Eskuinaldea, "donde tenemos un parque, una escuela, hay zonas verdes, hay viviendas", y asegurar la capacidad de la infraestructura frente a potenciales crecimientos del tráfico.