IENTRAS casi toda la población permanecía agazapada en sus domicilios durante el estado de alarma, Asier Martínez salía cada día del suyo para empuñar la fregona en una residencia de personas mayores. Como todos los trabajadores esenciales, demostró su valor y ahora, que ha obtenido el certificado de profesionalidad en limpieza, ha venido a demostrar también su valía. Eso sobre papel oficial, porque quien le conoce no albergaba ninguna duda. Ni de su buen hacer ni del de Imanol Martín, que trabaja en el campus de Leioa y también ha acreditado con todas las de la ley sus competencias en jardinería. "Laboralmente son impecables. Son trabajadores muy responsables y competentes. El certificado lo único que hace es poner un nombre a lo que ya hacen todos los días y demostrar que son cien por cien capaces", destaca Coral Viñuela, técnica de apoyo a personas de servicios medioambientales de Lantegi Batuak.

Asier e Imanol forman parte de la última promoción de trabajadores de esta organización que han obtenido el certificado de profesionalidad en limpieza y jardinería. Un diploma con el que ya cuentan 327 personas, 189 de ellas con discapacidad intelectual o enfermedad mental. "Ellos ya tenían el conocimiento y la experiencia, pero no el título, que es muchas veces lo que pesa en esta sociedad y a la hora de contratar. Ahora ya tienen el documento que lo valida", subrayan desde Lantegi Batuak, que les presta los apoyos necesarios para que puedan acreditar el trabajo que ya desempeñan y "tener más proyección".

Asier Martínez, 36 años

Servicio de limpieza

"En la pandemia no he parado de trabajar"

Aunque algunos rehúyen de la escoba y la bayeta, a Asier Martínez, vecino de Galdakao, de 36 años, le gustan hasta el punto de que las ha convertido en sus herramientas de trabajo. Las utiliza hace años, pero hasta hace poco no ha tenido entre sus manos el certificado de profesionalidad de Limpieza de superficies y mobiliario en edificios y locales. Un título largo donde los haya, acorde con su dilatada experiencia.

"He trabajado limpiando oficinas y en el hostel de Bolueta. Cuando cerró por la pandemia, estuve cubriendo una baja en la residencia San Miguel y ahora estoy en la de Birjinetxe, en Txurdinaga, donde llevo tres o cuatro meses", repasa. En ambos centros ha sacado brillo y desinfectado durante la pandemia, con la dificultad añadida que ello conlleva. "No he parado de trabajar. Con el tema del covid hay que tener mucha precaución y mucho cuidado y saber lo que se hace, pero se ha podido llevar bien la labor", asegura. Eso deben pensar también los usuarios del centro que le han agradecido su trabajo diciéndole alguna vez que "qué limpio está todo".

Con su diploma y la orla de la última promoción acreditada como pruebas irrefutables de su profesionalidad, Asier asegura que obtener el certificado le ha venido "muy bien" porque ha "aprendido cosas". "He trabajado en limpieza, pero me faltaba formación para sacar el certificado profesional. He mejorado porque me han subido de categoría con más posibilidades y más salario. Me ha influido bastante", asegura.

Coral aclara que obtener el título no catapulta a nadie directamente a un nivel de reconocimiento superior. "El proceso lo que ha hecho es refrescar y afianzar todos los conocimientos que ya tenían. Cuando se les sube de categoría no es por el certificado en sí, sino porque han mejorado en el trabajo y en la responsabilidad", explica esta técnica.

Imanol Martín, 43 años

Servicio de jardinería

"Que otros se atrevan a seguir nuestros pasos"

Tampoco Imanol Martín, vecino de Leioa, de 43 años, ha dejado aparcada la segadora durante la pandemia. "Llevo seis años trabajando en la UPV. Siego los jardines, hago la plantación de árboles, de arbustos, planta de temporada...", detalla. Después de obtener el certificado de profesionalidad de Actividades auxiliares en viveros, jardines y centros de jardinería, sus tareas no han variado, pero si la forma en como las lleva a cabo. "Ahora tengo más conocimientos y hago las mismas funciones, pero mejor realizadas", señala. Un paso adelante en su trayectoria profesional que se ha traducido en un aumento de "categoría, sueldo y responsabilidades", apunta.

Imanol, el último de la brigada de jardinería en acreditarse, reconoce que el proceso entraña cierta dificultad. "Lo que más me ha costado ha sido preparar las pruebas, los documentos que te pedían y los trámites que había que realizar", comenta.

Precisamente para salvar esos escollos están los profesionales de apoyo de Lantegi Batuak como Coral. "Nuestros trabajadores tienen mucha experiencia y conocimientos, pero tenemos que hacerles un seguimiento y unos apoyos para que puedan conseguir el certificado", explica esta profesional. Con esa mano tendida el terreno es más llano. De hecho, Imanol anima a otras personas con discapacidad. "Que se atrevan a seguir nuestros pasos. Hay que demostrar la valía", predica.

Coral Viñuela

Técnica de Lantegi Batuak

"No suelen examinarse y se ponen muy nerviosos"

Cuenta Coral Viñuela, técnica de Lantegi Batuak, que para poder acreditar la profesionalidad se requiere "un mínimo de dos años de experiencia" y que "las pruebas son iguales para todos, independientemente de la discapacidad". "Tienen que presentar una documentación, hacer un trabajo por escrito en el que explican qué tareas hacen y luego un tribunal les hace una evaluación oral", desgrana la técnica.

Como son personas que "no están acostumbradas a hacer exámenes y se ponen muy nerviosos, ahí es donde hemos hecho más apoyo, en preparar la documentación, en formación y, sobre todo, en la parte de evaluación", concreta. En este sentido, añade, "se les recuerda cuáles son sus tareas". Aunque tengan "miedo de presentarse, una vez que se les ha preparado, lo han hecho estupendamente. Han hecho unas pruebas muy buenas", valora Coral.

Hasta el año 2014 las convocatorias para la obtención de estos certificados contemplaban procedimientos y requisitos comunes para todas las personas participantes, sin tener en cuenta las necesidades de apoyo y adaptación para colectivos como el de las personas con discapacidad y enfermedad mental, lo que había impedido en la práctica su participación. Por este motivo, Lantegi Batuak habilitó "un plan pionero" para certificar de forma progresiva las competencias de su plantilla.

El certificado de profesionalidad, explica Coral, "les abre las puertas a cualquier empresa ordinaria en la que soliciten trabajo de limpieza o jardinería porque tienen un título que les equipara al resto de las personas que tienen dicha acreditación". Además, añade Coral, "si vamos a optar a trabajos teniendo personal con títulos, con experiencia y conocimiento, somos más competentes".

La pandemia, como no podía ser de otra manera, también ha dejado su huella en este ámbito, ya que "ha paralizado las formaciones y los certificados". Asier e Imanol, en cambio, no han dejado de trabajar estos dos últimos años en los servicios de limpieza y jardinería. "Son dos colectivos que, mientras que los talleres o empresas han cerrado, no han parado. Sí que ha podido pasar que se han caído trabajos porque las empresas, por ejemplo, cerraban y no se limpiaban o porque la UPV estaba cerrada, pero no han tenido un parón significativo a la hora de trabajar", concluye Coral.

Certificado profesional. Lantegi Batuak puso en marcha en 2014 un plan para poder acreditar las competencias de su plantilla.

327 personas acreditadas. Hasta la fecha 327 personas de la unidad de servicios medioambientales han obtenido el certificado de profesionalidad, que "les abre las puertas a cualquier empresa ordinaria".

76 en la última promoción. En la última promoción han obtenido el certificado profesional 76 personas -40 mujeres y 36 hombres-, de las cuales 25 son personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental.

Lugares donde trabajan. Trabajan en la limpieza y jardinería de 24 municipios de Bizkaia y de clientes como Metro Bilbao, BEC, UPV/EHU, el Centro OLA y Sukarrieta (Fundación BBK), Automotive Intelligence Center o la fábrica La Salve, así como en residencias de personas mayores y personas con discapacidad.

189

Un total de 189 personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental de Lantegi Batuak disponen ya del certificado de profesionalidad de jardinería y limpieza.

"He mejorado porque me han subido de categoría con más posibilidades y más salario"

Profesional del servicio de limpieza

"Ahora tengo más conocimientos y hago las mismas funciones, pero mejor realizadas"

Profesional del servicio de jardinería

"El certificado solo pone un nombre a lo que ya hacen y demuestra que son 100% capaces"

Técnica de apoyo de Lantegi Batuak