El currículum del gernikarra Ramón Zallo es amplísimo: licenciado en Derecho y en Economía, doctor en Ciencias de la Información, catedrático de Comunicación Audiovisual, profesor emérito en la UPV, asesor de Cultura del Gobierno vasco en las legislaturas 2002-2009... Exanalista en la Caja Laboral, ahora mira bajo ese prisma la situación económica de Urdaibai.Declive, señala el título del informe que ha elaborado. ¿No es una palabra demasiado fuerte?
—Es una conclusión del diagnóstico por el decreciente peso de la industria en el valor añadido, la limitada generación de empleo que obliga a la población ocupada a salir diariamente de la comarca, los límites del sector servicios en el que se está especializando, el retroceso respecto al PIB per cápita de la Comunidad Autónoma del País Vasco -es la comarca número 18 de las 20 en que se estructura- y también respecto a Bizkaia. Es la octava en nivel de paro relativo de las 11 comarcas de Bizkaia. Busturialdea en su conjunto está sumida en un declive económico sin que haya un tejido productivo coherente o autocentrado, ni capital inversor dispuesto ni proyecto colectivo. Hace perder oportunidades para la mano de obra comarcal. Es un fenómeno ya estructural. No es irreversible, pero requiere de iniciativas desde otra política mucho más proactiva y centrada. Es mejor saber que se está en declive continuado que engañarse al respecto aunque, desde luego, ninguna situación es irremediable. No soy nada determinista, pero para salir de esa tendencia se requieren un diagnóstico correcto, medidas de choque de urgencia e iniciativas estratégicas para corregirlo, medidas que ahora mismo no están adoptadas.
Somos 45.000 personas viviendo en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. ¿Qué futuro augura?
—El que nosotros decidamos y exijamos, pero el hecho de que Busturialdea albergue una Reserva de la Biosfera obliga, más que en otros territorios, a un modelo de desarrollo sostenible, compatible entre medio ambiente y economía. Ello supone restricciones en suelos para residencia y para actividades económicas así como en los modelos productivos, pero también invita a la puesta en valor de la Reserva, así como la compensación institucional en planes e inversiones de Gobierno y Diputación que en su día apoyaron esa declaración de Reserva por las limitaciones que ello conlleva.
Dice usted estar preocupado por el futuro de Urdaibai. Se lo pregunto y sé que deberá tomarse su tiempo. ¿Qué debilidades tiene la comarca?
—El PIB per capita de Busturialdea está un 18,7% por debajo del de la CAE. La comarca supone el 3% del empleo total en establecimientos de Bizkaia, cuando la población comarcal supone el 4% del territorio histórico. No se ha recuperado el ritmo de crecimiento del número de establecimientos económicos de antes de la gran recesión (2008-2014), lo que indica deslocalización a otras comarcas. El covid-19 lo remachará. Busturialdea es la 21 de las 30 en la clasificación de Lanbide, de menor a mayor, en nivel de paro. Si el paro es más femenino también es femenina la percepción de la RGI. Sigue siendo una comarca industrial, pero el peso de la industria descendió 8 puntos en Bizkaia y 11,7 en Busturialdea. Escasez de suelo industrial (Bermeo) y deficiente reutilización de los suelos de las zonas antes industriales y ahora casi ruinas (La Vega de Gernika) o reutilizables (Inama). Hay una continua pérdida de puestos de trabajo en el sector primario y una reducción constante y lenta del número de hectáreas dedicadas al sector agrario. Hay una degradación forestal y la intensa implantación de eucalipto es incompatible con una Reserva. La construcción, que fue un punto fuerte, ha sufrido un importante bajón de 5 puntos, a pesar de lo cual aún es más alto que la media de Bizkaia. No hay atracción de industria y de servicios de alto valor añadido ni se les espera, salvo cambio radical de política industrial o de desarrollo. Tampoco hay un patrón sobre las ramas a potenciar del sector servicios, pero serían de especial interés los de más valor añadido: salud, profesionales, científicos y técnicos, y también los artísticos y recreativos. Tampoco está claro el modelo de turismo sobre el que se quiere pivotar. Sigue pendiente, tras lustros de compromisos, la mejora de las comunicaciones por carretera de Bermeo y de Gernika-Lumo para llegar a ser una comarca conectada. Se carece de centros de estudios universitarios y hay un déficit de centros de FP de grado superior adaptados a las nuevas demandas, así como posgrados. Hay escasez de iniciativas emprendedoras y de proyectos colectivos para convertirla en comarca innovadora. El cierre de locales de pequeño comercio es constante y tras la pandemia será aún peor, cebándose incluso más allá de quienes tenían dudas de continuidad.
¿Y fortalezas?
—Claro que las hay. Hay un crecimiento demográfico ligeramente superior a Bizkaia y CAV, con una fijación de la población nacida en Busturialdea al territorio. La comarca es un vivero territorial de conocimiento y recursos humanos por su relativamente alto nivel de estudios, lo que indica que el factor humano es el principal recurso de la comarca, junto a una Reserva de la Biosfera a cuidar y gestionar. El porcentaje de población euskaldun es muy alto. Hay un saber industrial, pesquero, constructivo, forestal y agrícola. Asimismo hay una muy alta tasa de actividad femenina. La brecha de género es inferior a la de Bizkaia y CAV en población activa. Se constata una alta calidad de vida con un entorno paisajístico acogedor y de gran valor ecológico que además está protegido, lo que obligaría a hacer bien las cosas. Hay una ciudadanía activa, con capital social, experiencia positiva de ciudad abierta e importante movimiento tanto asociativo como artístico-cultural. Cuenta con un sector primario descendente pero significativo. El porcentaje de población ocupada comarcal en la industria (20,6%) es superior en cuatro puntos a Bizkaia y algo superior a la media de la CAV (19,2) pero buena parte de esa población ocupada trabaja fuera de la comarca. Hay algunas empresas significativas que traccionan en la comarca: conserveras, Maier, Egoin, Wa?rtsila?… Urdaibai sigue contando con patrimonio natural, histórico, artístico y cultural apto a una alta calidad de vida de sus habitantes y a la atracción residencial de personas cualificadas en activo, empresas de alto valor añadido inmaterial y de mayores, así como para un turismo no masivo.
La coyuntura no es sencilla. Somos una comarca dormitorio.
—Todavía no es una comarca dormitorio pero lleva camino de serlo. Hoy tiene mucha vida propia y con población muy asentada a la que le compensa salir todos los días a trabajar fuera debido a las descendentes oportunidades de trabajo dentro. Cada vez es menos zona de veraneo como de uso a lo largo del año, pero sin pernoctaciones. A su vez las segundas viviendas siendo más importantes que en otras comarcas vizcainas, son descendentes y bastantes de ellas han pasado a ser vendidas como primeras viviendas u ocupadas por descendientes de exveraneantes. La oferta hostelera parece desestructurarse con cierres de establecimientos conocidos y proyectos de hoteles fallidos y la oferta turística está poco estructurada, aunque es importante la de agroturismos. Excesiva estacionalidad del turismo.
Y desde el lado privado. ¿Qué se puede esperar? ¿Se puede ser eje tractor desde lo privado?
—El gran capital privado desinvirtió o se marchó en los 80. Aunque las actuales grandes y medianas empresas de la comarca tienen proyectos atractivos para animar a la inversión, es insuficiente. Un Urdaibai Valley ideal, debe atraer nuevas inversiones y actividades más allá del sector servicios con la implicación de capital e iniciativa pública para hacer de tractores y animadores para ello. Las instituciones están en deuda con Urdaibai.
¿Guggenheim Gernika/Urdaibai sí o no? ¿En qué condiciones?
—Su ubicación en Sukarrieta era incompatible con la Reserva a poco que se masificara -con los problemas que ello hubiera implicado como se ha podido ver en Gaztelugatxe- y suponía demoler el singular edificio de la colonia del arquitecto Bastida. La ubicación del Guggenheim/Urdaibai en Gernika, en un espacio urbano, salva esos problemas siempre que no se la entienda como la inversión tractora de una comarca, necesitada de diversas actuaciones para relanzar su tejido económico y social. Como no es seguro que vaya a contar con financiación europea dados los rasgos de las inversiones de Next Generation haría falta saber si seguirá adelante si esta no prospera.
Inyección pública en Urdaibai. ¿Hay que invertir en proyectos que sean provechosos para la comarca? ¿Cuáles pueden ser?
—Ahora mismo las propuestas de inversiones publicas que quieren acogerse a los fondos europeos (salvo el Guggenheim y el puerto de Bermeo) y pretenden atraer inversiones privadas no mencionan a la comarca con el riesgo de que pasen de largo. Sin embargo la comarca es más que apta para albergar actividades sostenibles, de I+D, de economía digital, de energías renovables, de industrias 2.0 o 4.0, de industria agroalimentaria con label, de actividades de salud o de turismo no masivo o de formación especializada. Es o habría sido adecuada para las grandes inversiones previstas en investigación por Osakidetza o sobre personas mayores, en la economía de los cuidados, de Osasunberri, en la Estrategia Business Intelligence de salud, en la puesta en valor de suelo industrial para su regeneración y ubicación de proyectos estratégicos, en el Plan integral para una transición verde en la FP vasca, en el nuevo Data Center, en I+D farmacéutico, en inversión en nuevas energías, en el Basque Food Ecosystem y en el Food Hub de Bizkaia, en el Euskadi Basque Country Tourism Intelligence… Tampoco Iberdrola/Ingeteam, Sener, Petronor, Gestamp... han mirado hacia Urdaibai. A pesar de las graves carencias de la Reserva (plantas exóticas invasoras, carencia de montes públicos, desaparición de campiña atlántica, presión urbanística a goteo…) no se menciona en el ámbito de hábitat natural, lo que es llamativo.
Silver economy, sector primario, naturaleza, patrimonio histórico, gastronomía… También tenemos sectores a los que agarrarnos. Además de los sectores primario y terciario, hay que apostar por una industrialización de nuevo tipo, de alto valor añadido, en buena parte inmaterial en la era del conocimiento, además de las líneas de más valor añadido en las actividades actuales (componentes plásticos, madera, conserveras, residencias, turismo natural y cultural...). Convendría revisar las competencias del Patronato -para que vaya más allá de la información y del asesoramiento no prescriptivo- y se evite diluir responsabilidades entre ayuntamientos, Diputación y Gobierno, ejerciendo un claro liderazgo hasta contar con una Agencia integral comarcal de Desarrollo y de una incubadora potente y efectiva de empresas a escala comarcal. Las ayudas al emprendizaje, el autoempleo y los viveros de empresa son herramientas insuficientes de revitalización. Se requiere un plan de choque y un plan estratégico de reactivación, participado por la mayoría de los agentes sociales y económicos, con compromisos de desarrollo y el aval conjunto de Diputación y Gobierno vasco.
“Urdaibai sigue contando con patrimonio natural, histórico, artístico y cultural apto a una alta calidad de vida de sus habitantes”
“Hay que apostar por una industrialización de nuevo tipo, de alto valor añadido, en buena parte inmaterial en la era del conocimiento”