Pedro Campo lleva desde 2008 como presidente de Cecobi y se presenta a la reelección con un propósito claro: dar continuidad al proyecto iniciado hace años, pero adaptándolo a las circunstancias actuales. “Va a tocar hacer cambios profundos”. Sabe que los próximos años van a ser difíciles, pero a pesar de ello cree que la experiencia al frente de la patronal y un proyecto sólido son los avales perfectos para sacar adelante al comercio de Bizkaia, a ese, dice, que dota de vida a calles y barrios.

¿Con la situación que vive el comercio por la pandemia, y tras trece años en el cargo no le da pereza volver a presentarse?

—No (contundente). Lo hago porque hasta ahora se ha hecho un buen trabajo desde la patronal, creo en el proyecto llevado a cabo, y ahora vamos a trabajar en adaptarlo a la nueva realidad que nos está tocando vivir por la pandemia. Desde hace más de mes y medio estamos trabajando en las nuevas líneas que van a dar respuesta a las necesidades del comercio.

¿Cuáles son esas líneas?

—Partimos de una nueva realidad, de otro escenario económico y social. Por eso nos hemos marcado como reto principal salvar empresas y puestos de trabajo.

¿Y cómo lo van hacer?

—Estando cerca de los comerciantes, de los autónomos. Queremos ser sus confesores en los problemas que puedan tener. Vamos a intentar que el comercio de Bizkaia no cierre. Y a ello vamos a destinar todos los esfuerzos y vamos a poner en marcha las herramientas que sean necesarias. Va a ser clave dar pasos en aspectos como la digitalización y en el apoyo de plataformas, como Eup!, impulsadas por la Diputación Foral de Bizkaia.

¿Es consciente de las dificultades con las que se va a encontrar la persona que salga elegida como presidente?

—Totalmente, pero esa es una de las muchas razones por las que he decidido volver a presentarme. Tenemos el conocimiento, el equipo, las ideas claras, las herramientas...

El consumo también ha cambiado.

—Así es. Si algo nos ha dado el confinamiento es que se ha descubierto el comercio de proximidad. La falta de movilidad nos ha llevado a tener más presente ese comercio de barrio. Esta realidad la debemos aprovechar para salvar al comercio.