A pesar de ser fin de semana y de que las rebajas continúan, los centros comerciales no tuvieron el sábado problemas para cumplir las limitaciones de aforo. A ello contribuyó el buen tiempo, que hizo que los vizcainos se decantaran por los paseos al aire libre, pero también un consumo desincentivado por la situación de la pandemia y sus consecuencias.

La decisión de rebajar el aforo en los locales comerciales fue adoptada el lunes para evitar que en plena temporada de rebajas se produjeran concentraciones que agravaran la situación sanitaria. Así, el Comité Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI), presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, decidió reducir los aforos en establecimientos comerciales de más de 150 metros cuadrados al 40% mientras que para los que cuenten con una superficie de hasta 150 metros, pasarían a reducirse a un 60%.

Aunque en las últimas semanas se observaron algunos episodios relacionados con una gran afluencia de compradores ayer, en cambio, la tónica fue un público más reducido. La mayoría de grandes marcas controla con precisión el tema de los aforos para evitar que se produzcan aglomeraciones. Es el caso de El Corte Inglés, donde no solo verifican que se cumpla la norma en el edificio completo, sino que también vigilan planta por planta. El jefe de Relaciones Externas de la firma, Carmelo Lezana, apuntó que "se trata de un centro con un aforo de 4.000 personas por lo que es difícil que superemos la limitación. Si se produce en alguna planta y de forma puntual, lo que hacemos es cerrarla hasta que disminuye el número de personas".

Ayer, de hecho, entre las 18.00 y las 19.00 horas, tuvieron que cerrar la séptima planta por alcanzar el aforo permitido. Se trata de la planta en la que se encuentra la sección de deportes y la cafetería. Cuando se produjo una bajada de clientes, la planta volvió a ser abierta.

Estos grandes almacenes cuentan con unas cámaras en las entradas y salidas, el conteo manual y con un ordenador por parte de empleados y un dispositivo automático en los arcos de seguridad. En los centros comerciales de otros municipios de Bizkaia, como el leioztarra de Artea, también se realiza el control a través de una cámara, de manera que cuando los vigilantes perciben que el aforo permitido está a punto de ser alcanzado, avisan al servicio de seguridad para que evite más entradas, circunstancia que el sábado no tuvieron que utilizar porque "no hay una gran afluencia".

Opiniones de los usuarios

Javi, Ane y su hija fueron dede Mungia a Artea para realizar unas compras, aunque reconocieron que para evitar que aumenten los contagios "lo mejor sería que cada uno estemos en nuestro municipio".

En general el endurecimiento de las restricciones es acogido con normalidad por la patronal del comercio que considera que la salud es lo prioritario. Los comerciantes coinciden en que el consumo es bastante bajo, por lo que la reducción de aforos no va a suponer un golpe duro para sus negocios.

Raquel y Óscar, con sus hijos Eneko y Alain, llegaron desde Basauri al centro comercial ubicado en Leioa para hacer algunas compras. En su opinión,"a diferencia de la hostelería, donde estas limitaciones están haciendo mucho daño, al comercio no les ha afectado tanto". Así que no creen que la reducción de aforo en los centros comerciales lo acusen demasiado.

José, que fue a Artea con sus nietos Ugaitz y Unax, considera que "todo lo que sea bueno para erradicar el virus hay que ponerlo en marcha. Lo primero es la salud".