“Las circunstancias son muy distintas a las que esperábamos hace un año, pero hay que seguir adelante”, asegura lacónica la directora del Aeropuerto de Bilbao, Cristina Echeverría en declaraciones a DEIA. Para ella La Paloma “supuso entrar en el nuevo siglo por la puerta grandeLa Paloma, con un aeropuerto capaz de absorber el crecimiento de la aviación comercial en estos años, y acompañar el cambio que han experimentado Bilbao, Bizkaia y Euskadi, con una apertura cada vez mayor al turismo global”. La directora no se atreve a prever el número de pasajeros de este año “dada la incertidumbre que hay por la situación sanitaria”, pero asegura que “esperamos salir de la pandemia. Un deseo que se basa en que “somos un destino consolidado, con un abanico de compañías aéreas con las que esperamos seguir trabajando para recuperar las rutas, y a medio plazo, seguir creciendo en destinos”, indica. Sobre cómo ve el aeropuerto dentro de veinte años, la incertidumbre reaparece. “Es muy difícil hacer predicciones. Lo importante es que respondamos a la demanda de manera adecuada, y estoy segura de que así será”.