LAS mujeres del medio rural son hoy protagonistas de una jornada destinada a revalorizar su papel clave en el mantenimiento y sostenibilidad de los territorios, al mismo tiempo que reivindica la necesidad de continuar en el camino emprendido para lograr una mayor influencia en los órganos de decisión y gobierno.

Euskadi, tierra de baserritarras, suele celebrar este día en un ambiente festivo. Así, en la pasada edición, como en años anteriores, en el Día Internacional de las Mujeres Rurales, mujeres llegadas desde distintos puntos de la geografía vasca llenaron el Centro Cultural San Agustín de Durango desde primeras horas de la mañana para conmemorar su día y aprovechar esta cita como plataforma para reivindicar su papel en el ámbito social y laboral del medio rural.

La jornada, organizada por la Viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco y la Comisión de Mujeres Rurales, suele servir de espacio de encuentro, debate y presentación de proyectos encaminados a lograr un desarrollo sostenible y en igualdad de las zonas rurales, un objetivo en el que, "aunque se avanza positivamente, aún queda mucho por hacer", como coinciden en señalar las propias mujeres rurales.

Este año, dada la situación de pandemia actual y para evitar posibles contagios, se ha optado por celebrar la XVII edición de estas jornadas con una serie de videoconferencias online, organizadas junto a la Fundazión HAZI, previas a esta fecha, y una mesa redonda entre mujeres con amplio recorrido profesional y representantes institucionales, en la que aportarán su opinión sobre la crisis actual y las nuevas oportunidades de cambio que a raíz de ella han surgido para las mujeres del medio rural.

Promover la igualdad

En Euskadi, la Comisión de Mujeres Rurales trabaja para promover la igualdad de mujeres y hombres en el medio rural, en especial de las agricultoras.

Para ello, se plantean una serie de objetivos específicos, como son el de fomentar la participación de mujeres en los ámbitos de toma de decisión del medio rural, visibilizar y dar valor al papel y al trabajo de las mujeres rurales e impulsar y difundir actuaciones que fomenten una sociedad corresponsable.

Asimismo, buscan ser el foro de detección y/o transmisión de necesidades reales de las mujeres del medio rural, tratando de buscar vías de solución y/o mejora de las mismas y su objetivo es constituirse en foro de colaboración entre las distintas instituciones y agentes sociales que trabajan por la igualdad de mujeres y hombres en el medio rural.

Todo sobre la base de difundir los objetivos, trabajos e iniciativas de la Comisión a través de las herramientas del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco (Sustrai) así como de aquellas que pudieran tener otras entidades o asociaciones.

A nivel mundial, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura. Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Labran la tierra padeciendo las condiciones climáticas y plantan las semillas que alimentan a naciones enteras. Con ello, garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático.

Perfil de la mujer en el medio rural vasco

Por lo que respecta a Euskadi, según los resultados del último estudio realizado por HAZI para el Gobierno vasco, el perfil de la mujer del medio rural vasco corresponde al de mujeres profesionales, de entre 35 y 65 años, y procedentes en su mayoría del mundo rural, es decir, que sus familias se han dedicado al sector agrario, principalmente. Son agricultoras y ganaderas a tiempo completo, y muchas de ellas son jefas de la explotación en la que trabajan.

Del total de explotaciones agrarias existentes, un 35% tiene como titular a una mujer, el 59% a un hombre, y el 6% restante son sociedades. En concreto, en las explotaciones profesionales, solo una de cada cuatro tiene como titular a una mujer frente a más de la mitad que tienen a un hombre. Además, las explotaciones de mujeres son de menor tamaño.

Por otro lado, la ocupación de la mujer en el entorno rural vasco corresponde al concepto de ayuda familiar. Una figura laboral especialmente discriminatoria, ya que son personas que trabajan sin contrato ni sueldo ni reconocimiento alguno a efectos legales, ya que no cotizan a la Seguridad Social. Casi un 50% del total de mujeres se engloban en mano de obra familiar,

En cuanto a estudios agrarios son un porcentaje mínimo las titulares de explotación con estos estudios, ya sean universitarios o profesionales,o las que tienen algún otro tipo de formación agraria.

En relación con la toma decisiones, la representación pública de las mujeres sigue siendo escasa. Y a pesar de que la gestión diaria a menudo la llevan ellas, las decisiones económicas importantes son en mayor medida de sus parejas, siempre que ellos también trabajen en la explotación agraria. Un aspecto este en el que van ganando terreno con sus reivindicaciones.

Precisamente en esta materia, las propias agricultoras ensalzan el producto local, no solo por su calidad alimenticia sino por el papel de gestor de paisaje. Y con su presencia y actividad comercial mantienen viva toda una red de mercados locales para productoras y productores locales. Entre sus demandas figuran la de potenciar el producto Km 0, fomentar las relaciones en redes sociales entre las que producen y las que consumen, mejorar la imagen del mundo rural y más ayudas a la contratación, principalmente de mujeres, así como tenerlas en cuenta a la hora de diseñar políticas rurales, tanto a nivel social, como agrario.