BILBAO. Los vizcainos consumen más de cinco toneladas de tortas y rosquillas para celebrar el día de San Blas, este lunes 3 de febrero, día de feria en Abadiño y romería en Bilbao.

"Los postres preferidos para este día por el público son, por este orden, las tortas, las rosquillas y los macarrones", han explicado desde el Gremio de Pastelería de Bizkaia.

Los "macarrones" están disponibles en muchas de las pastelerías durante todo el año, pero, aun así, son muy demandados y continúan formando parte de la tradición", explican los maestros pasteleros.

Los dulces se ponen a la venta la semana previa al festejo y, a excepción de los ya mencionados macarrones, se mantienen en los escaparates hasta el propio día del santo.

Las tortas y rosquillas, que solo se diferencia en el tamaño, son complejas de elaborar, ya que hay que conseguir que la torta tenga la textura de un bizcocho por uno de sus lados y de una galleta por el otro.

El trabajo comienza batiendo huevos, anís y azúcar y, cuando la mezcla de esos ingredientes sube, se añade mantequilla, harina y sal. El producto resultante se divide en porciones y se mezcla en la amasadora. Tras el amasado, se obtiene una galleta abizcochada que se hornea y se deja reposar.

Una vez frío, se da al postre su característico aspecto blanco a través de un baño con claras de huevo que se han batido hasta alcanzar el punto de nieve, azúcar y un poco de agua.

El baño se esparce sobre la galleta y, tras ello, se introduce de nuevo en el horno para que se seque. Por último, se escribe el nombre del santo con chocolate.

Blas de Sebaste (Armenia), más conocido como San Blas, fue un médico y obispo entre los siglos III y IV que, tras salvar a un niño que se ahogaba con una espina de pescado que se le había atragantado, se asoció con la protección para los problemas de garganta.

Esa creencia ha continuado hasta la actualidad con los cordones de San Blas, bendecidos para evitar los problemas de garganta. EFE