CUANDO jugar y niño no se conjugan armónicamente, los adultos debieran recapacitar si la sociedad que preconizan a futuro no irá escorada, incapaz de ser feliz. Porque el niño que no juega, bien porque no sepa, no pueda o no se le permita, es prácticamente imposible que sea feliz hoy y mañana probablemente se convertirá en un adulto con carencias emocionales.

Y al hablar de jugar, además del entorno y de la educación que predisponga al niño al juego, hacen falta juguetes que exciten su fecunda imaginación para hacer de unas pinzas un tren o de una calabaza una carroza. En este contexto, la Asociación Ahislama pretende ayudar no sólo a los inmigrantes adultos en su integración laboral, social y cultural en la sociedad vasca, sino también a sus hijos para que sean uno más en esta comunidad. Con este propósito, todos los años el día de Reyes la Asociación organiza un encuentro para la entrega de juguetes a los hijos e hijas de inmigrantes con menos recursos económicos que necesitan apoyo y ayuda para que estos niños disfruten de algo que a la infancia le es consustancial: jugar.

Regalos de oriente De la mano de la presidenta de Ahislama, Marta Lucía González y de Marian López, de la Asociación de Leones de Bilbao se celebró ayer, en el salón de actos de la Iglesia del Carmen, en Indautxu la decimosexta edición de la fiesta multicultural con la participación del grupo Plis Plas y en la que los Magos de Oriente entregan regalos a más de 300 niños de distintas nacionalidades -de la mayoría de los países latinoamericanos, de África del sur, Filipinas Asia y también del País Vasco. "Son regalos enviados por otros niños y niñas de Oriente para los pequeños de todas las edades, desde bebés hasta los doce años", reconocían Melchor, Gaspar y Baltasar, entusiasmados ante el caluroso recibimiento. "Muchos de ellos no han tenido la oportunidad de participar en una fiesta de estas características, y otros no la volverán a tener nunca más. Su cara de felicidad me hace inmensamente feliz", señaló a DEIA, Marta Lucía González.

Multiculturalidad Esta fiesta multicultural organizada, como en años anteriores, por la Asociación Ahislama y el Club de Leones, ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Derio, Carrefour, la Fundación Mikel Uriarte y a la familia Quijano, en concreto a los niños Javier y June. "Vienen niños y niñas euskaldunes a ayudarnos para que la fiesta de la ilusión consiga que la magia flote por el ambiente", sostiene satisfecha Marta Lucía, "aunque explica que recaudar todos los obsequios resulta complicado", pero el resultado de cada 6 de enero "lo compensa todo".

En el encuentro donde se derrochó alegría se encontraban también Saioa Fernández y Julen Campos, voluntarios del Proyecto Goner, del Club de los Leones, que cada sábado en la sede de Otxarkoaga, reparten desayunos a los pequeños más vulnerables, al tiempo que les ofrecen apoyo de distinto tipo. Asimismo, no quiso perderse la fiesta navideña de la diversidad, la abogada Norma Riaño, que de forma desinteresada, ofrece sus servicios jurídicos y de asesoramiento a las familias que apoyan desde el Club de Leones de Bilbao.

en euskera, inglés... Durante dos horas, los pequeños no dejaron de bailar y participar en la fiesta. Aaron, Kevin, Dylan, Alleah, Isabel, Sofía, Jenifer....como muchos otros no podían parar de moverse al ritmo que les indicaba el grupo Plis Plas, con canciones bien conocidas o villancicos típicos de esta época, tanto en euskera, inglés, francés, castellano.... "Porque la mayoría de los pequeños, con su madre o su padre debido a su edad, proceden de familia inmigrante, pero han nacido aquí y van a colegios donde se les enseña euskera y las costumbres de esta tierra que les ha acogido y se ha convertido en su hogar", coincidieron en señalar Marta Lucía y Marían López, quien insisten en señalar que "a los niños euskaldunes que acuden también les enriquece conocer a otros compañeros de juego de otra cultura; es sumamente interesante porque es un evento superbonito", asentía sonriente Jony, de Senegal, a punto de cumplir once años, contento con el obsequio que le había tocado de los Reyes y que ya habla perfectamente en euskera.

Porque, tanto desde la Asociación Ahislama como desde el Club de Leones de Bilbao, con la ayuda y patrocinio de sociedades hermanadas como la ONG Amigos de Huancavelica, que trabaja en Perú, ayudan a los inmigrantes que llegan o residen en Euskadi y tienen problemas con la Ley de Extranjería que les impide entroncarse en el país que les ha acogido y en el que quieren hacer su proyecto de vida. "Para ello organizamos también actos culturales; tenemos una Escuela de Hogar donde se les enseña a cocinar platos típicos del País Vasco. Se trata de que se sientan encantados y también es la forma de que no sean rechazados porque se encierren en su propia cultura sin abrirse ni compartir, insisto, las costumbre del país que les ha acogido", explica con vehemencia, Marta Lucía González.