bilbao - Osakidetza está analizando un posible caso de rabia humana detectado en Bizkaia. El paciente sobre el que existe la sospecha de que sufre la enfermedad fue mordido por un gato durante su estancia en el extranjero el pasado mes de agosto, por lo que se trataría de un caso de rabia importado. De confirmarse el diagnóstico, sería el primer caso que Euskadi registra en los últimos treinta años. Aunque todavía faltan los resultados definitivos, la evolución de los síntomas, junto al antecedente citado, han levantado la sospecha de la enfermedad.

Actualmente el paciente está ingresado en el Hospital de Cruces y, a la espera de la confirmación del caso, Salud Pública ha puesto en marcha el protocolo de actuación y ha adoptado ya las medidas preventivas establecidas, así como el inicio del estudio de contactos en el entorno de la persona afectada. Además, se ha puesto en conocimiento de dicha sospecha al Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Salud.

La rabia es una enfermedad vírica que afecta al sistema nervioso central, y que se transmite a las personas por la saliva a través de mordeduras o arañazos de animales domésticos o salvajes que están infectados. El periodo de incubación de la rabia es muy variable y puede ir desde una semana a un año, siendo los dos meses la media estimada.

En cualquier caso, dado que se trata de un caso importado, la Dirección de Salud Pública quiso ayer rebajar el nivel de alerta y aseveró que los animales domésticos de Euskadi están libres de rabia.

Aunque en el Estado español, la rabia se declaró extinguida en 1966, el peligro está latente sobre todo cuando los europeos viajan a terceros países donde el virus todavía campa a sus anchas al no contar con campañas efectivas de vacunación. Y es que la erradicación fue posible gracias a la vacunación de perros y gatos, una medida fundamental para combatir la enfermedad. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 95% de casos de rabia humana son transmitidos por la mordedura de estas mascotas.

Los expertos coinciden en su potencial peligrosidad. “La rabia es aún la enfermedad vírica de mayor repercusión mundial”, recuerda María Pifarré, veterinaria y miembro del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (CCVC). Y en contra de la creencia popular, no solo los perros transmiten la rabia, también pueden transmitirla los gatos. “El gran problema de los felinos es que existe la falsa creencia de que, al no salir de casa, no es necesario vacunar y no es así”, señalan.